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A cincuenta años de Los Condenados de la Tierra y de la muerte de Frantz Fanon I PDF Imprimir Correo
Escrito por Julio Muriente Pérez / Copresidente del MINH   
Martes, 10 de Enero de 2012 10:12

fanon«El mundo colonizado que sirve de marco de referencia a Fanon corresponde a la Argelia colonial francesa de la década de 1950. Un millón de colonos —pied noirs— eran los virtuales dueños de ese país de más de 2.3 millones de kilómetros cuadrados.»

 

 

 

 

 

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Muriente Pérez, Julio - A cincuenta años de Los Condenados de la Tierra y de la muerte de Frantz Fanon Una mirada de Argelia a Puerto Rico.pdf

 

Capítulo I. La violencia
Frantz Fanon no sitúa el origen de la violencia en el colonizado, sino en el colonizador. La conquista de continentes enteros por las potencias imperiales europeas y luego por el imperialismo estadounidense, se ha distinguido por la violencia ejercida por estos para imponer su voluntad.

Para el autor, “…la descolonización es siempre un fenómeno violento… constituye desde el primer momento la reivindicación mínima del colonizado… la sustitución de una ‘especie’ de hombres por otra ‘especie’ de hombres… el encuentro de dos fuerzas congénitamente antagónicas.”

Los colonizados comienzan a serlo cuando aparece en escena el conquistador, cuando éste se establece a sangre y fuego sobre “la ‘cosa colonizada’ —que no sobre seres humanos— (que) se convierte en hombre en el proceso mismo por el cual se libera.” De ahí que “…la descolonización realmente es creación de hombres nuevos…”

El mundo colonizado que sirve de marco de referencia a Fanon corresponde a la Argelia colonial francesa de la década de 1950. Un millón de colonos —pied noirs— eran los virtuales dueños de ese país de más de 2.3 millones de kilómetros cuadrados.

La resistencia desembocó finalmente en la guerra de liberación iniciada el primero de noviembre de 1954; ese mismo año Francia sufrió una derrota decisiva en Dien Bien Phu, frente al pueblo vietnamita que también luchaba por su independencia.

Los colonos denominaban ‘indígenas’ a los pobladores argelinos. Eran tratados con gran desprecio, explotados y discriminados como una raza inferior. La mayor parte era analfabeta, pobre y desempleada.

Fanon critica severamente a los intelectuales colonizados —de donde saldrán los dirigentes neocoloniales del futuro— quienes, en su opinión, se conforman con terciar y limar asperezas y sugerir puntos medios sobre lo antagónico, para a la postre dejar todo igual.

Fanon no se refiere al anexionismo como contradicción fundamental contra la cual había que luchar. Ello aun cuando parte, si no toda Argelia había sido formalmente anexada a Francia.
Esto es importante en el caso de Puerto Rico, pues durante las pasadas décadas se ha ido dando un proceso en el que los colonialistas tradicionales —los estadolibristas— han tenido que afirmar la cultura y la nacionalidad puertorriqueñas en el afán de ganar algún espacio y pertinencia políticas. En la actualidad es entre los anexionistas donde aparecen de forma más pronunciada el incondicionalismo, el entreguismo y la renegación de lo puertorriqueño.

Contrastes económicos y sociales

Otro aspecto importante del análisis que hace Fanon de Argelia y de África a mediados del siglo veinte, tiene que ver con el nivel de desarrollo económico, social y cultural alcanzado entonces por esos pueblos y el nuestro. Por ejemplo, se refiere a, “Las luchas tribales, (que) no hacen sino perpetuar los viejos rencores arraigados en la memoria… Autodestrucción colectiva muy concreta en las luchas tribales, tal es, pues, uno de los caminos por donde se libera la tensión muscular del colonizado.”

También nos habla de los mitos terroríficos en que cree el colonizado, típicos de sociedades subdesarrolladas, una superestructura mágica, genios maléficos, hombres leopardos, hombres serpientes, canes con seis patas, zombis, animales y gigantes, más temidos que el colonizador.
En su opinión, “…es evidente que en los países coloniales sólo el campesinado es revolucionario.”

¿Era similar en el Puerto Rico de la primera parte del siglo veinte? ¿Habrá considerado Washington que el campesinado puertorriqueño de entonces constituía un peligro; lo que le condujo a la elaboración del modelo populista iniciado en la década de 1940? ¿Hubiera sido otra la historia de Argelia si en lugar de masacrar al pueblo argelino en 1954, la metrópoli francesa hubiera diseñado una suerte de ELA modernizador y pacificador, como hizo Estados Unidos en 1952?

La violencia revolucionaria va cobrando forma
Esa violencia indiscriminada, contra todo y contra todos, que ejerce el colonizado que es víctima de la violencia sistemática del colonizador, va cobrando forma política y social progresivamente. Se suceden ‘asesinatos bestiales’, pero a la vez se va creando conciencia que sólo la violencia, en otra dimensión, los liberará del yugo colonial: “¿Por qué aberración del espíritu esos hombres sin técnica, hambrientos y debilitados, no conocedores de los métodos de organización llegan a convencerse, frente al poderío económico y militar del ocupante, de que sólo la violencia podrá liberarlos?”

“La existencia de la lucha armada indica que el pueblo decide no confiar, sino en los medios violentos. El pueblo, a quien ha dicho incesantemente que no entendía sino el lenguaje de la fuerza, decide expresarse mediante la fuerza. En realidad el colono le ha enseñado desde siempre el camino que habría de ser el suyo, si quería liberarse.”

Después de todo, es el colonizador el que enseña el lenguaje de la violencia al colonizado; es la forma en que le ha dominado y su manera de legitimarse.

El psiquiatra que había en Fanon nos conduce a disquisiciones sobre el comportamiento humano, que para él resultan indispensables en la comprensión del fenómeno de la violencia en una colonia: “En el plano de los individuos, la violencia desintoxica. Libra al colonizado de su complejo de inferioridad, de sus actitudes contemplativas o desesperadas. Lo hace intrépido, lo rehabilita ante sus propios ojos que la liberación ha sido labor de todos…que el dirigente no tiene mérito especial.”

El autor se detiene a advertir que es equivocado que el pueblo dominado por siglos pretenda aspirar a que, como resultado de su lucha, alcance los niveles de desarrollo de los países europeos.

“…Europa se ha inflado de manera desmesurada con el oro y las materias primas de los países coloniales: América Latina, China, África. De todos esos continentes, frente a los cuales la Europa de hoy eleva su torre opulenta, parten desde hace siglos hacia esa misma Europa los diamantes y el petróleo, la seda y el algodón, las maderas y los productos exóticos. Europa es, literalmente, la creación del Tercer Mundo. Las riquezas que la ahogan son las que han sido robadas a los pueblos subdesarrollados.”

“También los Estados Unidos van a retroceder quizá un día ante la voluntad de los pueblos. Ese día lo festejaremos, porque será un día decisivo para los hombres y mujeres del mundo entero.”

Capítulo II. Grandeza y debilidades del espontaneísmo
En este capítulo, el autor define el espontaneísmo como una etapa en la lucha por la descolonización. Plantea que ocurre la activación espontánea de los más marginados, sin formación ideológica, por así decirlo, por pura necesidad: “Obedecen a una doctrina simple: haced que la nación exista. No hay programa, no hay discursos, no hay resoluciones, no hay tendencias. El problema es claro: es necesario que los extranjeros se vayan. Hay que construir un frente común contra el opresor y fortalecer ese frente mediante la lucha armada…Cada cual, mediante su acción, hace existir a la nación…”

Según el autor, esta etapa corresponde al primer período de la lucha armada:“Es un verdadero éxtasis colectivo. El asumir la nación hace avanzar la conciencia. La unidad nacional es primero unidad del grupo, la desaparición de las viejas querellas…Es un codo con codo fraternal, en la lucha armada, los hombres se acercan a sus enemigos de ayer…”

El desarrollo de la conciencia
Entonces, de entre esa energía desbordante, se organiza la guerrilla, nos dice Fanon. Se deja atrás el espontaneísmo. Se adquiere una formación política superior. La sublevación campesina se transforma en guerra revolucionaria. ¿Cuál es el prerrequisito indispensable para que esto ocurra? El desarrollo de la conciencia: “…no se triunfa en una guerra nacional, no se descompone la terrible maquinaria del enemigo, no se transforma a los hombres si se olvida elevar la conciencia del combatiente. Ni el valor encarnizado ni la belleza de los lemas son suficientes.”

Es fundamental el valor determinante que le adjudica Fanon al desarrollo de la conciencia, como prerrequisito para que la ira contenida del colonizado, al volcarse, adquiera un sentido social y político, y contribuya al cambio social. No basta con sufrir las consecuencias de la opresión, no basta con reaccionar a cada abuso desde el corazón.

Clases sociales: coincidencias y diferencias
El análisis de la estructura de clases de la Argelia colonial que hace Fanon rompe los esquemas tradicionales, sobre todo en cuanto al papel principal de la clase obrera en la lucha por la transformación política y social.

El autor diferencia el proletariado de los países occidentales del de la colonia. En el caso de la Argelia dice, el proletariado, concentrado en las ciudades, termina siendo un sector privilegiado que tiene mucho que perder con la lucha de independencia.

Cuando Fanon afirma que “La noción de partido es una noción importada de la metrópoli”, está reconociendo que Francia nunca tuvo la intención de reproducir en Argelia ni en ninguna de sus otras colonias africanas, las formas republicanas de gobierno y de organización de la sociedad.
Apreciamos en Puerto Rico un desarrollo mayor de la institucionalidad republicana, participativa y legal, aunque carente de poderes políticos y económicos fundamentales, promovido por la propia potencia colonial para asegurar sus intereses de manera distinta a cómo Francia buscaba lo propio en Argelia.

El lumpen-proletariat
“La lucha armada se desencadena.” La guerrilla se plantea llevar la guerra a las ciudades. ¿A quién recurrir? A los campesinos desplazados a la ciudad, que habitan arrabales en áreas de la periferia urbana. Al lumpen prolerariado.

Aquí nos topamos con otra propuesta atrevida de Fanon en materia de clases sociales y su posible participación en la lucha independentista. “Es… en el seno del lumpen-proletariat donde la insurrección va a encontrar su punta de lanza urbana. El lumpen-proletariat, cohorte de hambrientos destribalizados, desclanizados, constituye una de las fuerzas más espontáneas y radicalmente revolucionarias de un pueblo colonizado.”

Fanon afirma convencido que, “Entonces los rufianes, los granujas, los desempleados, los vagos, atraídos, se lanzan a la lucha de liberación como robustos trabajadores. Esos vagos, esos desclasados van a encontrar, por el canal de la acción militante y decisiva, el camino de la nación.”

No es ingenua la reflexión de Fanon sobre el lumpen-proletariado. Por eso nos advierte que, “Este responde siempre a la llamada, a la insurrección, pero si la insurrección cree poder desarrollarse ignorándolo, el lumpen-proletariat, esa masa de hambrientos y desclasados, se lanzará a la lucha armada, participará en el conflicto, pero del lado del opresor.”

En Puerto Rico se ha dado un extenso proceso de desclasamiento, descomposición social y lumpenización, sobre todo desde la década de 1970, cuando comenzó a hacer crisis el modelo económico de la Operación Manos a la Obra.

Se ha ido dando una inversión de valores fundamentales, como el amor al trabajo y el respeto a la vida. La violencia se ha ido convirtiendo en una forma de comportamiento normal. Mientras tanto el consumismo desenfrenado sigue su curso y el gran capital extranjero obtiene ganancias multibillonarias.

Ha ocurrido un proceso de lumpenización en circunstancias diferentes a las de la Argelia de Fanon, pero con consecuencias que podrían ser similares.

Capítulo III. Desventuras de la conciencia nacional
Fanon anticipa, con gran preocupación, el riesgo de que se perpetúe el dominio extranjero con nuevos ropajes y con la complicidad activa de ciudadanos de la propia colonia que se supone deje de serlo. Y advierte que, “El nacionalismo, si no se hace explícito, si no se enriquece y se profundiza, si no se transforma rápidamente en conciencia política y social, en humanismo, conduce a un callejón sin salida.”

La idea de la nación que tiene Fanon es profundamente democrática y comprometida con los desposeídos, que son precisamente los que han cargado sobre sus espaldas la lucha de liberación nacional. Pero a la hora de los privilegios posibles y del poder que tienta, no todos piensan de esa manera. Por ejemplo, las burguesías nacionales, grupo minoritario que asume la conducción de las nuevas naciones. “En los países subdesarrollados, hemos visto que no hay verdadera burguesía sino una especie de pequeña casta con dientes afilados, ávida y voraz, dominada por el espíritu usuario y que se contenta con los dividendos que le asegura la antigua potencia colonial…”

Igual preocupación muestra Fanon por la instauración en el poder de los partidos nacionalistas únicos y la imposición de líderes de cuya fachada popular se despojarán prontamente. “El partido único es la forma moderna de la dictadura burguesa sin máscara, sin afeites, sin escrúpulos, cínica.” “El dirigente apaciagua al pueblo… y lo entretiene evocando el pasado heroico.” ¿Cuáles deben ser las características, según Fanon, del partido político que dirija al nuevo Estado independiente? “…no es un instrumento en manos del gobierno… es un instrumento en manos del pueblo” Debe estar descentralizado, su dirección ubicada fuera de la capital. Los dirigentes del partido no deben serlo del gobierno. Debe ser…e l organismo a través del cual ejerce su autoridad y su voluntad como pueblo.”

La juventud
Se refiere también a la juventud, como protagonista principal del nuevo país y responsable del nuevo gobierno nacional. Le preocupan sobre todo las distracciones que implanta el dominador para neutralizar la energía y el compromiso juvenil: “…en los países subdesarrollados, la juventud dispone de distracciones pensadas para la juventud de los países capitalistas…” Y nos dice que a la juventud ociosa lo primero que hay que darle es trabajo; que el gran objetivo debe ser formar ciudadanos, humanizarlos.


*Síntesis apretada de un ensayo escrito recientemente, que lleva el mismo título. El autor es profesor universitario y Co-Presidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano.

Próximo artículo: Cultura nacional, guerra nacional y trastornos emocionales

Última actualización en Martes, 10 de Enero de 2012 10:14
 

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