Las elecciones en Ecuador del 7 de febrero de 2021: ¿una nueva oportunidad para la izquierda latinoamericana? Imprimir
Escrito por Alejandro Torres Rivera   
Lunes, 15 de Febrero de 2021 14:46

 

12 de febrero de 2021

El 19 de febrero de 2017 se efectuaron en una segunda vuelta las elecciones a la presidencia y vicepresidencia de la república de Ecuador. Estas elecciones se llevaron a cabo debido a que ninguno de los candidatos a la presidencia y vicepresidencia en una primera vuelta obtuvo más del porciento de votos requeridos por la Constitución para ser certificados ganadores en una primera consulta electoral. De acuerdo con la Constitución ecuatoriana, para que un candidato a la presidencia y vicepresidencia resulte electo en una primera vuelta electoral, se requiere que obtenga la mayoría absoluta de los votos válidos, es decir, el cincuenta porciento más uno de los votos; o que el candidato o candidata obtenga el 40% de los votos válidos emitidos, pero con una ventaja de al menos un 10% de tales votos sobre la candidatura que llegue en la segunda posición. De no obtenerse tal resultado en la primera vuelta, se deberá llevar cabo una segunda elección entre las dos candidaturas a la presidencia y vicepresidencia que obtuvieran el mayor número de votos.

 

 

En las elecciones presidenciales en Ecuador, además de escoger quién ocupará la presidencia y vicepresidencia; se escogen 137 posiciones legislativas nacionales a la Asamblea Nacional, organismo legislativo unicameral de Ecuador; y la representación parlamentaria ante el Parlamento Andino. 

El pasado 7 de febrero de 2021 se efectuaron elecciones presidenciales en Ecuador. Para ellas estaban habilitados(as) para votar 9,002,946 electores. De estos el 81.23% concurrió a las urnas. En un informe de la Comisión Nacional Electoral (CNE), organismo que supervisa el proceso electoral en Ecuador, dado a conocer el 8 de febrero a las 4:13 p.m., se informó que con un total de 98.23% de las papeletas procesadas, las primeras cuatro organizaciones con mayor número de votos fueron: la “Unión por la Esperanza”, que obtuvo más de 2,540,918 votos o el 32.1%; la agrupación “Pachakutik”, que obtuvo más de 1,569,826 votos o el 19.87%; la agrupación “CREO-PSC”, que obtuvo más de 1,547,464 votos o el 19.59%; y la “Izquierda Democrática”, que obtuvo 1,263,540 de los votos o el 16.00%.

Si se suma en estas cuatro primeras posiciones el número de votos emitidos para tres organizaciones no comprometidas con el modelo neoliberal impulsado por el actual gobierno de Lenin Moreno y la propuesta neoliberal de “CREO-PSC”, estos sumarían 5,374,284 millones de votos frente a 1,547,464 votos por parte de “CREO-PSC”. Si bajo tales parámetros se toma en consideración el número de votos obtenidos por estas tres agrupaciones frente al número de electores que participó del evento, que fue de 7,313,094, aún asumiendo como constante que todos los electores restantes que participaron en la primera vuelta, en una segunda vuelta favorecieran a “CREO-PSC”, la diferencia entre estas tres agrupaciones y el número total de votantes contrarios a estas sería de 1,938,810.  Por otro lado, si en la segunda vuelta se enfrentaran “Unión por la Esperanza” y “Pachakutik”, más allá de quien gane, la derecha ecuatoriana sería la que estaría perdiendo al quedar fuera de la contienda la organización “CREO-PSC”. Todavía el recuento de los votos de 5 provincias no ha terminado.

A pesar de lo anterior, a dos días de dar a conocer los anteriores resultados, se informaba un cambio en el número total de votos al señalarse que la diferencia entre “Pachakutik” y “CREO-PSC” se reducía a 19.63% frente a 19.62 a favor de “la primera; es decir, apenas 977 votos de diferencia. La tendencia en los votos en la provincia de Guayas, que podría donde ser donde se definiera el resultado final, debería favorecer a “CREO-PSC” dado el hecho de que esta provincia siempre ha sido un baluarte del Partido Social Cristiano, por lo que se elucubraba que al final del camino, la segunda posición en las elecciones de 2021, será de “CREO-PSC”.

Ambas organizaciones han venido intercambiando acusaciones de fraude, lo cual unido a la cercanía en votos, ha fomentado un ambiente de tensión e incertidumbre en torno al resultado de la contienda. Luego de los primeros días de aguda riña post electoral entre los dirigentes de “Pachakutik” Yaku Pérez y por “CREO-PSC”, Guillermo Lasso, ambos candidatos se allanaron a que se lleve a cabo un proceso de recuento de votos que al presente, luego de más de una semana, no ha concluido.

En estas elecciones, han sido múltiples las denuncias de irregularidades señalándose entre ellas que hay  paquetes de votos que no llegaron a los centros de contabilización; informes irregulares en los conteos preliminares; paquetes de votos que llegaron sin que estuvieran adecuadamente cerrados los maletines; etc.

Una encuesta hecha en enero 2021 proyectando posibles escenarios en una segunda vuelta,  se colocaba la competencia entre “Unión por la Esperanza” y “CREO-PSC” con una diferencia de 40.1% la primera frente a 39,5% la segunda; mientras que una segunda vuelta donde compitiera “Unión por la Esperanza” y “Pachakutik”, la diferencia sería de 40.4% para la primera, frente a 37.5% para la segunda.

Observadores del proceso político en Ecuador estiman que, de prevalecer en la segunda posición “Pachakutik”, una iniciativa de diálogo fraternal con “Unión por la Esperanza” de la cual surjan compromisos entre ambas organizaciones, sería lo mejor que podría ocurrir hoy en este país de cara al resultado del proceso en la primera vuelta y a la eventual instauración de un nuevo programa social, económico, ambiental y anti neoliberal en Ecuador. Otros observadores, sin embargo, señalan en “Pachakutik” y su dirigente Yako Pérez vinculados a corrientes también neoliberales e incluso, mencionan vínculos de su candidato con ONG’s de dudoso financiamiento en su campaña.

En las elecciones de 2017, como indicamos, se enfrentaron en una segunda vuelta  las dos agrupaciones principales políticas en aquel momento en Ecuador. Participaron por la agrupación “Alianza País”, el entonces candidato oficialista Lenin Moreno, quien había fungido como vicepresidente bajo el gobierno de Rafael Correa; y el neoliberal Guillermo Lasso, de la “Alianza por el Cambio”, quien concurría por segunda vez  a las elecciones como candidato a la presidencia. En esta segunda vuelta electoral Moreno alcanzó el 51.6% de los votos mientras Lasso, obtuvo el 48.84%. A pesar de estos números finales donde resultó ganador Moreno, lo cierto es que Lasso obtuvo un avance en el número de  votos, desde la primera vuelta de un 28.09% al 48.84%, en esta segunda vuelta un incremento en más de un 20% de los votos respecto a la primera. Moreno por su parte obtuvo un incremento de poco menos de 11% entre la primera vuelta y la segunda. Es natural que así fuera toda vez que toda la derecha en Ecuador, la cual se encontraba más dividida en la primera vuelta que la izquierda, consolidó su voto de derecha en Lasso en la segunda vuelta.

A Moreno le acompañó como candidato a la vicepresidencia Jorge Glass, quien también había ocupado la posición de vicepresidente durante otro de los mandatos de Rafael Correa.

Previo a la fecha en que se anunció el resultado de las elecciones de 2017, habíamos señalado que la agrupación “Alianza País”, en el gobierno por una década, venía erosionándose como partido político. El resultado de la segunda vuelta en aquellas elecciones dejó un país profundamente dividido. A pesar de ello, a evaluar el resultado de la contienda electoral, señalamos entonces que a pesar de tal desgaste en “Alianza País”, el peor de los escenarios hubiera sido perderlas, lo que hubiera significado el retroceso en las conquistas sociales alcanzadas producto de la Revolución Ciudadana impulsada por el presidente Rafael Correa. Entendíamos entonces que el triunfo de Lasso hubiera significado el regreso a las recetas neoliberales globales vigentes al momento del triunfo de Rafael Correa. Sin embargo, nos equivocamos en el pronóstico. No pudimos prever en aquel momento que, con el triunfo de Lenin Moreno, el neoliberalismo también se impondría durante su nuevo gobierno.

En efecto, Moreno demostró durante su presidencia que había sido un topo neoliberal dentro del gobierno de Rafael Correa, dejando ver durante en su mandato su verdadera naturaleza. Descubriendo su verdadero rostro, apenas juramentado en su cargo, Moreno dirigió su ataque contra su propio compañero de papeleta, Jorge Glass, primero despojándolo mediante el Decreto Presidencial Núm. 100 de sus atribuciones constitucionales; y luego, procesándolo como un criminal corrupto.

Apenas pocos meses desde haber jurado como presidente, el 1 de octubre Moreno hizo público la imposición a los ecuatorianos de un paquete de medidas de choque neoliberales requeridas por el Fondo Monetario Internacional. Cuando examinamos las mismas, encontramos en ellas un gran parecido con aquellas que desde el año 2009 se han venido imponiendo en Puerto Rico, sobre todo a partir de la famosa “medicina amarga” prescrita por el gobernador Luis Fortuño y ampliamente aplaudidas por los sectores empresariales y del capital bancario en nuestro país.

La propuesta neoliberal impulsada Lenin Moreno durante su gobierno, no sólo constituyó la antítesis de las posiciones que en el pasado sostuvo cuando fue funcionario del gobierno de Rafael Correa; sino también, del programa de gobierno con el cual en 2017 concurrió a las urnas.

De acuerdo con Rafael Correa, a dos años de ocupar la presidencia, Moreno “desfinanció al Estado adrede y sumió a 500 mil personas en la pobreza.” Señaló que a diferencia de Moreno, durante los 10 años que duró su gobierno, en Ecuador se dio una inversión de $100 mil millones, limitándose el crecimiento de la deuda pública en $14 mil millones. Moreno, sin embargo, en los primeros dos años de su gobierno, incrementó la deuda pública ecuatoriana en $15 mil millones. A lo anterior debe sumarse, entre otras, la adopción por parte del gobierno de Moreno de un paquete de medidas neoliberales que en el año 2019 incluyeron la eliminación de subsidios a los alimentos, incrementos en los precios de la gasolina y el diésel; la reducción en un 50% de los días de vacaciones de los empleados públicos; modificaciones de los derechos de los nuevos trabajadores en contratos de empleo ocasionales, reduciendo el 20% del valor de los salarios; y el despido de empleados públicos.

Como indicamos antes, en las elecciones efectuadas en pasado domingo 7 de febrero, donde participaron alrededor de 16 partidos políticos, una vez más, ninguno de sus candidatos a la presidencia y vicepresidencia alcanzó el porciento requerido por la Constitución para ser electo en una primera vuelta. De ahí que se encuentra pautada una elección en segunda vuelta a tener efecto el 11 de abril. El resultado de la elecciones sin embargo, deja claro que el voto mayoritario en esta primera vuelta, estimado en un 32.1% de los votos, fue para el candidato de izquierda Andrés Arauz, por la agrupación denominada “Unión por la Esperanza”. Inicialmente Arauz intentó ser acompañado como candidato en la posición de vicepresidente por Rafael Correa. Sin embargo a Correa se le descalificó bajo la premisa de estar sujeto a “sentencia penal ejecutoriada”, condenado a 8 años de prisión y con un impedimento de ocupar un cargo público por un período de 25 años. En estas condiciones, su compañero a la Vicepresidencia fue Carlos Rabascall.

En segundo o tercer lugar, según el recuento final de los votos, llegará Guillermo Lasso del Partido Social Cristiano, quien compitió por tercera vez para la presidencia de Ecuador y su compañero de boleta a la vicepresidencia, Jaime Nebot. La organización por la cual compitieron esta vez, representativa de la derecha neoliberal en Ecuador, llevó por nombre CREO-PSC. Igualmente, sujeto al resultado final del recuento en los votos, habrá de llegar la organización ambientalista e indigenista, denominada “Pachakutik”, con Yaku Pérez como candidato a la presidencia,  junto a Salvador Quishpe a la vicepresidencia. Durante el mandato de Rafael Correa, Yaku Pérez, al frente de sectores de la población indígena, se distinguió por encabezar diversas acciones de oposición al gobierno de Correa protestando la explotación minera en áreas cercanas a las cuencas de los ríos en Ecuador. En cuarto llegará otra agrupación política, la “Izquierda Democrática”, la cual concurrió a las elecciones con Xavier Hervas como candidato.

Como en el pasado, dependiendo la polarización de opciones entre las organizaciones convocadas para competir en segunda vuelta, se espera que se desarrolle un proceso de rearticulación o realineamiento en votos entre un proyecto con una propuesta neoliberal y otro con una propuesta anti neoliberal. Tal rearticulación ofrecería una gran oportunidad al triunfo de la agrupación “Unión por la Esperanza” que encabezan Arauz-Rabascall, sobre todo si “Pachakutik” y la “Izquierda Democrática” cierran filas con la agrupación triufante en la primera vuelta. No obstante, en particular en el caso de “Pachakutik” y otras fuerzas de la derecha, si se unifican entre sí, podrían alterar el triunfo de Arauz en la segunda vuelta.

El binomio Arauz-Rabascall se ha comprometido con la reversión de las políticas neoliberales adoptadas por Lenin Moreno durante su presidencia. Es de esperar, además, que desde la presidencia, se tomen medidas de carácter legal que reviertan las decisiones de Moreno contra el anterior presidente Rafael Correa, incluyendo acusaciones y condenas penales en su contra. De prevalecer el binomio Arauz-Rabascall es de esperar también que Ecuador retome su anterior rumbo en los procesos de integración regional abandonados por Moreno en torno a la CELAC; mejoren las relaciones económicas y diplomáticas con la República Bolivariana de Venezuela; se reafirmen los principios de soberanía nacional y rechazo a la injerencia extranjera, particularmente por parte de Estados Unidos, en Ecuador; y continúe el proceso de reversión de los gobiernos de derecha en América Latina.





 

Última actualización en Jueves, 18 de Febrero de 2021 05:27