Los niños de Cuba: De pañoletas rojas hablamos Imprimir
Escrito por Vilma Soto Bermúdez   
Lunes, 11 de Octubre de 2010 08:28

ninoscubaEn un diciembre regresé de visita a mi segunda patria: La de Martí y Fidel. Fui a ver a mi chiquita Vilma que estudiaba en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) ubicada en San Antonio de los Baños.

 



Se preguntarán qué tiene que ver esta visita con los niños cubanos. Pues mucho. Cuando leo en internet sobre las continuas actividades de la gusanera en la que llaman a protestar y manifestarse por la libertad y derechos de los cubanos, pienso en los chicos que conocí en San Antonio y en un corto filmado por mi hija donde el protagonista lo fue un niño de la comunidad.

Jorgito, por decir un nombre, recorre de punta a punta los predios de la Escuela. Se le ve en todos lados, omnipresente, diría yo. No va solo. Junto a él van otros niños. Una cuadrilla de “bajitos” de los alrededores que se encaraman en los árboles frutales que rodean la zona de la Escuela; que corretean entre los troncos de naranjas, toronjas y limoneros. Que van al sembradío de lechugas y preguntan al compañero agricultor e inquieren sobre la cosecha. Que me miran y saludan, sacando una voz que no les va con la edad bulliciosa, es una voz respetuosa que repunta en una amplia sonrisa y en más preguntas al vuelo.

-¿De dónde es usted?
-De Puerto Rico, contesto.
Las caritas se sorprenden.
-¡Puerto Rico!, exclaman a una vez.

Y por esa educación de primera que han recibido en Cuba y ante todo solidaria, hacen que los ojos se me agüen cuando recitan el poema de nuestra Lola Rodríguez de Tió:

Cuba y Puerto Rico son
de un pájaro las dos alas,
reciben flores y balas,
en un mismo corazón…

Niños de Cuba, pienso. Tan distintos a los de otros páramos. Niños educados. Dignos representantes del Hombre Nuevo, del Che y Camilo. Niños orgullosos de su Revolución, que no temen hablar.

En el corto que produjo Vilma, se le ve a Jorgito en su rutina diaria. Se levanta temprano al llamado de la madre para ir a clase. Se viste y por último, se acomoda su pañoleta roja alrededor del cuello de la camisa.

Jorgito habla de su pañoleta roja y narra el día que la recibió y lo que significó para él. Con toda seriedad y muy articulado, el niño explica su orgullo de llevarla al cuello. Es el compromiso con su Patria, con la Revolución, con su pueblo. Su primer paso para algún día integrarse a la Juventud Comunista.

La cámara le sigue y persigue por días. Allá va Jorgito a su escuela, a juguetear entre los árboles, a tocar la guitarra y cantar un reguetón.

¿Dije reguetón? Sí, reguetón. La música de los jóvenes de ahora, como lo fue en nuestro pasado el rock, Lennon y los Beatles.

En San Antonio de los Baños hay una discoteca que los domingos abre tempranito para que los niños del pueblo se diviertan bailando. Luego, en la noche, les toca a los jóvenes que se contonean al son de su música.

La película presenta a Jorgito en la discoteca. Con ojos abiertotes observa a los jóvenes bailando. Se le nota el choque que le produce estar allí, de noche, en una discoteca.

Una voz en “off” le pregunta a Jorgito qué piensa. Jorgito le contesta que los jóvenes no deben olvidar el día que recibieron la pañoleta roja…

La cámara gira y va hacia los jóvenes. ¿Qué significó para ti la pañoleta roja? ¿Recuerdas ese día?

Los chicos van contestando al son de la música: Lo recuerdo, nunca lo olvidaré, dice uno. Otro: Un orgullo. Y otro: ¡Es la Revolución! Así uno tras otro.

Para ellos no está reñido su reguetón con su Revolución de 50 años. Tienen la libertad de bailarlo y hasta se escuchan y danzan reguetones con letras revolucionarias, de la historia patria.

Por lo tanto, “blogueros disidentes” que hacen llamados absurdos de derechos y libertades pisoteadas en Cuba, vayan a San Antonio y busquen a Jorgito o a cualquiera de los jóvenes de la comunidad. Vayan. Pregúntenles. De seguro ellos les contarán del día que recibieron su pañoleta roja y su significado.

Un significado que ustedes olvidaron: Patria, Revolución, Socialismo, Solidaridad.