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Masacre de Río Piedras: 77 años después PDF Imprimir Correo
Escrito por Ángel M. Rivera Rivera y Ángel Pérez Soler   
Martes, 16 de Octubre de 2012 13:02

rpEl 24 de octubre de 1935, se inició la batalla entre la Policía insular de Puerto Rico al servicio del gobierno de Estados Unidos y el Partido Nacionalista. Para entonces, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y el Partido Liberal gobernaban directamente el país.

El 60% de las tierras productivas estaban en manos de corporaciones absentistas y había más de 600,000 personas infectadas con uncinariasis y más de 30,000 habitantes contagiados con tuberculosis.

 

El 24 de octubre de 1935, a eso de las 11:00am, en la calle Brumbaugh, la Policía insular asesinó a cuatro nacionalistas y un civil en lo que nuestra historia se conoce como la “Masacre de Río Piedras”.

Para comprender este suceso y su desarrollo hay que hacer mención de varios factores. En primer lugar el Presidente del Partido Nacionalista, Don Pedro Albizu Campos, venía de dirigir una huelga de los trabajadores de la caña de Fajardo, la cual se extendió por muchas centrales del país. Los sucesos del 24 de octubre, también se dan poco después de que el Partido Nacionalista hiciera público un plan para matar a la alta dirección del Partido en especial a su presidente. También fue sucedido de una información que el Partido le presentó al país, sobre el intento del doctor Cornelius Rhoads (miembro del Instituto Rockefeller en San Juan) de estar sembrando cáncer en los pacientes para así acabar con los puertorriqueños/as.

Para confirmar esta información el Partido Nacionalista reprodujo copia de una carta que envía el doctor Rhoads a un amigo suyo de nombre “Ferdie” de la cual extrajimos un segmento para compartirlo.

“Ellos son, fuera de duda, la raza de hombres más sucia, más holgazana, más degenerada y más ratera que jamás haya habitado la tierra. Enferma habitar la misma isla con ellos. Son aun inferiores a los italianos. Lo que la isla necesita no es trabajo de sanidad pública sino una ola que marca o algo para exterminar totalmente la población. Podría ser entonces habitable. Yo he hecho lo mejor posible para acelerar el proceso de exterminio, matando a 8 y transplantando cáncer a varios más. Esto último no ha producido muerte todavía. Aquí no juega papel alguno aquello de considerar el bienestar de los pacientes. De hecho, todos los médicos se deleitan en el abuso y tortura de los desgraciados sujetos” (extraído de Pedro Albizu Campos, Obras escogidas de Benjamín Torres, 1981).

Para colmar la copa, el 10 de octubre Albizu Campos dio un mensaje en Maunabo el cual exhortó a los jóvenes a distinguir dentro de la educación universitaria el intento de convertir a los estudiantes en unos cobardes y traidores de la Patria y que los jóvenes debían ser valientes y viriles para defender los intereses patrios.

Ante este discurso, 4 estudiantes avalados por la alta jerarquía universitaria intentaron realizar una asamblea el 24 de octubre para declarar a Pedro Albizu Campos “enemigo número 1 de los estudiantes universitarios”. Ante ese intento los nacionalistas estaban en los alrededores de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, pero ante la evidente cantidad de policías en el área muchos de éstos no llegaron a entrar a la Universidad. Fue entonces cuando un Policía identificó el carro que conducía el líder nacionalista Ramón S. Pagán junto a tres nacionalistas más. El agente hizo detener el vehículo de Pagán y se produjo un fuerte careo que degeneró en balacera. El primero en caer fue Pagán. Luego cayó Pedro Quiñones y finalmente Eduardo Rodríguez Vega. Dentro del auto se encontraba Dionisio Pearson que resultó gravemente herido. Mientras se da la cruel matanza, el joven nacionalista José Santiago Barea, teniente cadete de la República, desenfundó contra los policías en la escena. Una vez se le acabaron las balas, Santiago Barea se entregó y la Policía lo acribilló a balazos. En el tiroteo murió el paisano Juan Muñoz Jiménez, quien compraba billetes de la lotería cerca de la escena.

Según el periódico El Mundo del 25 de octubre de 1935 (Pág. 4.), “los testigos presenciales declaran lo contrario. La policía acribilló a tiros a mansalva a Don Ramón S. Pagán”. Según la Policía, la razón de los asesinatos fue impedir que se diera una interrupción en la asamblea estudiantil. La misma nunca se llegó a concretar y se pospuso para unos días luego.

En el duelo de los cuatro nacionalistas Albizu dio un discurso del cual compartimos parte:

“Aquí se repite la historia de todos los tiempos. La libertad de la Patria se amansa con nuestra sangre y se amansa también con la sangre yanqui. Venid aquí a prestar un juramento para que este asesinato no quede impune… Juramos todos los que crean libres. Juramos todos que el asesinato no perdurará en Puerto Rico”.

En respuesta a lo sucedido en Río Piedras, el 22 de febrero de 1936, dos jóvenes nacionalistas ajusticiaron al jefe de la Policía Francis Elisha Riggs. Estos jóvenes nacionalistas de nombre Elías Beauchamp y Hiram Rosado, tomaron la justicia en sus manos. Ambos fueron asesinados por órdenes del coronel Cole, en un cuartel en la calle San Francisco en San Juan.

Riggs era un experimentado agente de la inteligencia de Estados Unidos. Se había destacado en su servicio en Rusia como militar. Riggs fue quien sacó de Rusia a Kerensky, principal opositor de Lenin y de los bolcheviques. También fue quien dirigió el asesinato de Sandino en Nicaragua.

Al igual que en el 1935, hoy se vive un desorden social grandísimo. Muerte, violación, maltrato contra la mujer, drogas y desempleo, todo relacionado con el estatus colonial que vivimos y al deseo de conseguir el sueño americano que está montado en la riqueza materialista. Hoy seguimos luchando por lo mismo que los nacionalistas en el periodo del 30 al 50. Lo que nos falta es más valor y sacrificio para conseguir que nuestro pueblo sea libre.


Bibliografía

Gallisá, Carlos (2010). Desde Lares. Humacao Puerto Rico. Edición tercera.
Rives Tovar, Federico (1971). El Revolucionario. New York, Estados Unidos. Plus Ultr Educational Publishers INC.
Rosado, Marisa, (2001). Pedro Albizu Campos, La Llamas de la Aurora. Un acercamiento a su biografía. San Juan Puerto Rico. Segunda edición.
Silén, Juan Ángel, (1993). Historia de Puerto Rico. República Dominicana. Ediciones Dominicanas, C.xA.
Scarano, Francisco A. (1993). Puerto Rico. Cinco siglos de historia. México. Edición Mc Graw-Hill Interamericana.
Torres, Benjamín J. (1981). Pedro Albizu Campos. Obras Escogidas. Tomo II, 1934-1935. San Juan, Puerto Rico. Editorial Jelof.

 

*Los autores son dirigentes del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico.

Fuente: Claridad

 

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