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Conferencia Juan Mari Brás: El Ejercicio del Derecho PDF Imprimir Correo
Escrito por Rafael Anglada López / MINH   
Martes, 02 de Diciembre de 2014 05:42

jmbPresentamos en nuestras páginas del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), la conferencia Juan Mari Brás: El Ejercicio del Derecho, presentada en la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, por el compañero Rafael Anglada López a tenor con la conmemoración del natalicio del dirigente nacional de la Independencia Patria, Juan Mari Brás, el día 2 de diciembre.


Introducción

Conocí a Juan Mari Brás cuando tenía 13 años, allá para 1963-64, haciendo un proyecto junto a mi condiscípulo Rubén Auger Marchand, que la profesora Matilde Cervoni del Rosario nos asignó en noveno grado, en la Escuela Superior de la Universidad. Lo entrevistamos en su entonces oficina de abogado en la Avenida Barbosa. Entrevistamos también en su oficina de Río Piedras al Doctor Gilberto Concepción de Gracia.

Volví a estar ante Juan para 1971, luego que el Movimiento Pro Independencia (MPI) y la Federación de Universitarios Pro Independencia (FUPI) me seleccionaran para representar a la FUPI ante el Secretariado Permanente de la Unión Internacional de Estudiantes (UIE) en Praga: “te voy a dar un consejo, regresa lo más pronto que puedas, el trabajo diplomático invita a la corrupción y a la buena vida y, de paso, trata de no enredarte sentimentalmente por allá, eso luego trae complicaciones,” (previniendo lo sufrido por una familia anterior, la de Narciso Rabell Martínez).

angladaAsí las cosas, luego Juan y el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) me envían a las Naciones Unidas en septiembre de 1973, para cabildear de lunes a viernes el naciente caso colonial de Puerto Rico ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, junto al querido Profe J. A. González González y Carmen Noelia López Avilés, hoy ambos fallecidos. De ahí en adelante esa segunda tarea neodiplomática me permite estar muy cerca de Juan. Durante sus últimos años de vida ágil, si Juan estaba en San Juan, y yo no estaba de visita en la cárcel federal, nos encontrábamos para almorzar  algunos sábados y me pedía que lo llevara a la Fundación Modesto Gotay a visitar a Mariana, luego lo llevaba su  casa con  Marta.

Rosi me invita a examinar el Ejercicio del Derecho por Juan Mari Brás en esta histórica Escuela de Derecho de la UPR, en este salón donde comienzo mis estudios de Derecho un 13 de septiembre de 1978, exactamente un mes después de haber empezado el año académico y un día después de la aprobación de la histórica Resolución de 1978, que se aprueba en gran medida porque la diplomacia independentista del PSP había podido reclutar los nuevos votos del antiimperialismo del Tercer Mundo, en ese momento incluyendo el Irán del Ayatollah Jomeini, los militares antimonárquicos en Afganistán y el nuevo gobierno antiimperial de Mengistu Mariam en Etiopía.

He acumulado alguna decena de temas que van directamente al tema del Ejercicio del Derecho de Juan Mari Brás. El 21 de abril de 1970, en una presentación televisada ante el canal 18, Juan afirma: “What I do as a lawyer is minimal. It is sometimes more and some times less, but in general I would say that less than 25% of my time is dedicated to the practice of law.” Pero la  mejor descripción sobre Juan  la da el Héroe Nacional Rafaelito Cancel Miranda: “Juan era un estratega en todo lo que hacía y todo lo que dirigía.”

Tengo que agradecer a las Carpetas de Juan Mari Brás, preservadas y colocadas en las redes por la Fundación, y hasta cierto punto a los centenares de policías que lo persiguieron por décadas y a las taquígrafas de la Policía por sus informes para consumo inmediato de los gobernadores del PPD y el PNP en la Fortaleza y el FBI.

Hoy todos cometeremos una grave falta, no hablaremos de Juan como periodista, su primer amor profesional, y menos aún como el gran dirigente independentista de nuestra generación en Puerto Rico. Hoy celebramos el Legado Jurídico de Juan Mari Brás, quien hace muchas otras cosas con su vida que no son el examen que nos ocupa. El FBI no necesariamente coincide con nuestra apreciación. El 21 de agosto de 1961 ese FBI escribía a Washington un memo sobre Juan. Noten lo contradictorio y hasta lo gracioso de su contenido. “(Juan Mari Brás) . . . not regarded as a particularly good attorney . . . his intelligence and sagacity . . . annoying superior attitude . . . appreciates the intellectual atmosphere . . . enjoys excellent health . . . not particularly appealing to women . . . plump and flabby.”

Juan nace un día como hoy en 1927, organiza a los 17 años, el 1 de mayo de 1945, el II Congreso  de Acción Nacional de Jóvenes Independentistas (ANJI). En 1947 participa en una Reunión Preparatoria del Primer Congreso Continental de Jóvenes en La Habana como miembro de la Sociedad Independentista Universitaria (SIU), integrada por Juan Mari Brás, Jorge Luis Landing, Miguel Ángel Barasorda, Juan Noriega Maldonado, René Muñoz Padín, William Fred Santiago y Ángel Cruz Cruz.

Junto a otros 18 estudiantes universitarios es suspendido el 16 de octubre y expulsado de la UPR el 15 de diciembre de 1947.  El 21 de febrero de 1948 participa en un piquete contra la visita del Presidente Harry Truman quien viene a jugar golf a la Base Ramey en Aguadilla. En abril de 1948 participa en el Primer Congreso de Juventudes celebrado en México y el 25 de julio de 1948 en la convención del PIP en el Parque Sixto Escobar. El 30 de septiembre de 1948 el juez Joaquín Correa Suarez lo encuentra culpable de desacato por violar el interdicto que prohibía entrar a los predios de la U.P.R. y le impone una pena de 30 días de prisión o multa de $100 dólares en fianza mientras se abstuviera de entrar a los terrenos de este recinto.

Se gradúa de bachillerato en Florida Southern College el 12 de agosto de 1949 y empieza  Derecho en  George Washington Law School en Washington D.C. Estudia allí durante un año y medio hasta que el FBI lo saca. Empieza una Maestría en Ciencias Políticas en American University pero Jorge Luis Landing lo convence que regrese a estudiar Derecho, esta vez en American University y se gradúa el 13 de junio de 1954. En Washington, D.C., reside en #821, 21st St. NW; #1841, 16th St. NW; #1231, Sheppard St. NW; #1312, 21st St. NW y #2107 X Street, NW. En ese quinquenio es detenido dos veces por el FBI a consecuencia de los eventos de Blair House y del Congreso de los Estados Unidos y por participar en la política progresista norteamericana del Progressive Party de Henry Wallace y Vito Marcantonio, en Nueva York y Washington D.C., para las elecciones de 1952. Está presente en las salas de audiencia de todo el examen congresional de lo que posteriormente se llamaría la Ley 600 y el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

El embeleco colonial del Estado Libre Asociado

Cuando se traslada a Puerto Rico el 1 de julio de 1954 a estudiar para la reválida desde las oficinas legislativas de Don Gilberto Concepción de Gracia, tiene el mismo problema que tiene cualquier estudiante que se gradúa de Derecho en los Estados Unidos – no saber nada del Derecho Civil europeo y de nuestro Código Civil. Quien sería posteriormente presidente del Colegio de Abogados, de 1960-62, Manolín Abreu Castillo, lo invita a almorzar y le dice que todo lo que tenía que saber de Derecho Notarial, se lo enseñaría durante el almuerzo. Continuaba, sin embargo, tenso ante la reválida, entonces oral. Cuando comparece, el Juez Asociado Don Benjamín Ortiz le pregunta sobre su evaluación jurídica de todos los pros y contras del debate congresional en Washington D.C. de la futura Ley 600.  Juan “se puso las botas” y al terminar su contestación Don Benjamín felicita al nuevo “letrado”. Siempre me dijo que le guardaba agradecimiento eterno a Don Benjamín por esa pregunta. Juramenta el 23 de septiembre de 1954 ante el Tribunal Supremo y el Ilustre Colegio de Abogados, junto a Jorge Luis Landing y Sergio Peña Clos, prometiendo todos dedicar el título a la consecución de la independencia de Puerto Rico. Posteriormente juramenta ante el tribunal federal el 27 de diciembre de 1957.

Juan dedica una vida a condenar al llamado “Estado Libre Asociado” de Puerto Rico como un estatus claramente colonial bajo el Derecho Internacional. Sin embargo, tiene la sagacidad política y jurídica de promover que dentro del grupo estadolibrista pudiera forjarse un espacio autonomista, de conformidad con el noveno párrafo dispositivo de la Resolución 748 (VIII) de 1953 en las Naciones Unidas (“. . . como en la eventualidad de que cualquiera de las partes en la asociación concertada de común acuerdo desee alguna modificación de los términos de esta asociación”) y la Resolución de 12 de septiembre de 1978 del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas en su sexto párrafo dispositivo que incluye reconocer una asociación libre entre Puerto Rico y los Estados Unidos
(“. . . toda forma de asociación libre entre Puerto Rico y los Estados Unidos deberá ser en consideración de igualdad política . . . procurando las disposiciones pertinentes de la Asamblea General de la ONU y el derecho internacional aplicables)” y, además, defender aquellos derechos alcanzados, tales como el derecho constitucional a la fianza y el principio rector de que todos los hijos son iguales ante la ley.

La Sociedad para la Asistencia Legal (SAL)

El 20 de octubre de 1958 es nombrado por la Junta de Gobierno de la Sociedad para la Asistencia Legal (SAL) para trabajar como defensor público en la oficina de Bayamón en la calle Degetau frente al Tribunal. Entonces se litigaba Penal y Civil para los más indigentes. Había que ser abogado de verdad.

Aquella Junta de Gobierno incluía a Juan B. Fernández Badillo, entonces Sub-Secretario de Justicia (nombrado juez federal en 1967), al juez superior Luis R. Polo, al juez superior Federico Tilén, los licenciados Lucas F. Serbiá, Manuel Abreu Castillo, al Decano fundador de esta Escuela, Decano Manuel Rodríguez Ramos y a los señores  Jerónimo Fonalledas, Antonio R. Matos e Isidro Colón. El Administrador era Don José C. Mendía y la secretaria, Doña María A. Rosado. Me gustaría que estas palabras sirvan para que nuestros hermanos de Asistencia Legal se motiven a trabajar en una historia de
la Sociedad para la Asistencia Legal. Juan es uno de aquellos abogados que dieron el todo por el todo por nuestros indigentes que se enfrentan al código civil de los pobres, el Código Penal.

juanJuan es muchas cosas, ciertamente un gran estratega político, pero además un abogado, lo que llamamos un abogado de verdad. Le metía las manos a cualquier caso, cuán antipático fuera. Todavía me acuerdo cuando un militante independentista de Río Grande, el 23 de diciembre de 1999, lo contrata para que representara al hijo, arrestado junto al temible “Landi” en Luquillo.

Y nunca olvido cuando en una noche fría de invierno neoyorquino, en febrero de 1978, tomando café a medianoche en el Village, detrás de la Escuela de Derecho de N.Y.U., afirma: “me dicen que has tomado el examen de admisión a la Escuela de Derecho de la U.P.R. Métete temprano en la cabeza lo siguiente: caso no que no se ve, caso que no se pierde, y además acuérdate: el Derecho a Juicio Rápido es a favor el fiscal, nunca del acusado, y si le imputan haberlo visto en San Juan, no digas que estaba en Ponce, trata de que lo hayan visto en Puerta de Tierra.” Añado, “dar del ala para comer de la pechuga.” No se me puede olvidar que Juan siempre dependió mucho, en el Ejercicio del Derecho, de otras mentes jurídicas mágicas y abnegadas. Recordamos a Enrique “Chino” González, Pedro Baigés Chapel, Lorenzo Piñero Rivera, Norman Pietri Castellón, Fermín Arraiza Miranda, Héctor Lugo Bougal, Graciany Miranda Marchand, Ludmilia Rivera Burgos, su primo Emilio Soler Mari, Luis Escribano, Raúl Olmo Olmo y Héctor Collazo.

El Caso Colonial de Puerto Rico ante las Naciones Unidas (ONU)

Cuando la ONU se funda en San Francisco en 1945, Juan tiene 17 años. Cuando se mal aprueba la Resolución 748 (VIII) de la Asamblea General de la ONU, sacando a Puerto Rico de la llamada lista de territorios,  Juan tiene 25 años y estudia Derecho en American University.

Surge una nueva mayoría en la Asamblea General de la ONU en 1960, el campo socialista y el bloque Afro-Asiático forjan lo que se llamaría la Carta Magna de la Descolonización. Son admitidos entonces a Naciones Unidas trece (13) nuevos estados africanos: Camerún, Togo, Mali, Madagascar, Somalia, el Congo (ex-belga), Dahomey, Niger, Alto Volta, Costa de Marfil, Chad, Gabón, República Centro Africana (y Chipre). Entre los jefes de estado del Tercer Mundo más prestigiosos, comparecen el León de Judea, Emperador Haile Sellassie, de Etiopia; Kwame Nkrumah, de Ghana (a quien habían excarcelado de una celda en horas de la madrugada para que comenzara a gobernar); Gamal Abdel Nasser, de Egipto; el Mariscal Tito, de Yugoslavia, el Comandante Fidel Castro, de Cuba; el Príncipe Norodom Sihanouk, del Reino de Camboya (Kampuchea); el General Sukarno, de Indonesia; el Presidente Jawaharlal Nehru, de la India. Comparecen además Nikita Kruschev, de la URSS, Harold Macmillan, de Reino Unido y Dwight D. Eisenhower de EE.UU.

Juan viaja a Nueva York el 14 de noviembre de 1960, regresa a San Juan el 19, informa al MPI el 21, vuelve a Nueva York el 28 de noviembre y regresa a San Juan triunfante el 15 de diciembre. Sus compañeros de delegación fueron Gabriel Vicente Maura y Vicente Géigel Polanco. Con la ayuda de un periodista comunista puertorriqueño, que trabajaba para la agencia de noticias soviética Tass en Rockefeller Center, se logra insertar la frase mágica “todos aquellos territorios que aún no han obtenido su independencia,” que nos permitiría abrir la puerta, nuevamente, de las Naciones Unidas.

La Resolución 1514 (XV) se aprueba el 14 de diciembre de 1960. Como si los Jefes de Estado y Gobierno fueran poco, también participan el ministro de Defensa de la India, Krishna Menon, el Canciller de la Dignidad, Raúl Roa García y el gran jurista uruguayo Carlos María Gutiérrez. Hay evidencia histórica que otros boricuas presentes en la jornada de la ONU en 1960 fueron Ana Livia Cordero, Pelegrín García, Carmen Miranda y Mario Vissepó, entre otros.

Un año después se aprueba la constitución de un Comité Especial de los 17, luego de 24, y ahora de 29, para implementar la Resolución 1514(XV). Tomaría más de una década de intenso cabildeo y de esfuerzos internacionales para que nos dejen, por lo menos, hablar en 1973. Cuarenta años después podemos decir que se aprueban resoluciones unánimes con apoyo unánime de nuestra región gracias al apoyo irrenunciable de Cuba, y ahora Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. Todavía Argentina, Uruguay, Brasil, Chile y otros no dicen una palabra en la ONU, excepto a través de pronunciamientos colectivos de la CELAC. Como le increpa una vez Rubén Berríos Martínez a la COPPPAL en La Paz en 1982, en presencia de Carlos Andrés Pérez, hace más de treinta años, que parecería que seiscientas mil ovejas en Las Malvinas tienen más importancia que el derecho del pueblo de Puerto Rico a su libre determinación e independencia nacional. Dos veces, en 1971 y 1982, hemos intentado que se inscriba el tema en la Asamblea General.

Desde 1960 hemos tenido adversarios formidables, como George Bush, padre, Adlai Stevenson, el Juez Arthur Golberg, Andrew Young, Antonio Fernós Isern, Ernesto Ramos Antonini (1953), Arturo Morales Carrión (1953 y 1960), Julita Rivera de Vicenty (1972) y Hernán Padilla (1982). Tuvimos como adversarios también a Luis Muñoz Marín y Luis Ferré por medio de mensajes y telegramas leídos por el delegado alterno norteamericano Frederick Blake Payne, el 6 de diciembre de 1960. Hemos tenemos también aliados como Fidel Castro, Ernesto Che Guevara, Ricardo Alarcón, Salvador Allende, el México que había presidido Lázaro Cárdenas, la Guatemala de Jacobo Arbenz de 1953 y, más recientemente, Maurice Bishop, Daniel Ortega, Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Rafael Correa, Evo Morales, Pepe Mujica, Martín Torrijos (en la COPPPAL) y Raúl Alfonsín (ante el Comité de 24).

Pero quizás lo más importante es entender que como todo caso jurídico, hay que “estar encima del caso” y no dejarlo caer. El caso de Puerto Rico ante la ONU hay que verlo como cuando uno lleva un pleito en el Tribunal, uno no puede ir un año, no ir el otro, cansarse, dejar de cansarse . . . y  no reducirlo a pasatiempos jocosos que invitan a la burla; por ejemplo, comparecer afirmando que representan a una República debidamente constituida, cuando eso no es verdad y es completamente frívolo. Juan siempre recordaba, con veneración, que una vez los guardias de la ONU habían tirado al piso y la nieve a Don Gilberto, dentro de las Naciones Unidas.

A Juan le toma cincuenta (50) años de su vida esculpir este caso, centenares de viajes a Nueva York y allende los mares, al extremo de tener contactos clandestinos en los parques del Museo del Louvre en París para consolidar el apoyo de la Revolución Cubana , allá para abril de 1965 ante el Comité Especial, viajes a Santiago de Chile y Montevideo para evitar que Chile y Uruguay votaran en nuestra contra, y 1971 para convencer a todas las fuerzas políticas integrantes de la Unidad Popular (UP) en Chile de que regresaran al Comité Especial y auspiciaran nuestro caso,  y así son interminables las anécdotas, para que hoy podamos ir un día al año  a la ONU, dar un discurso y muchos de buena fe creer que se ha  perfeccionado el deber cumplido.

La libertad de nuestros presos políticos

Toda sociedad que se respete a sí misma tiene que priorizar en la libertad de sus mejores hijas e hijos, independientemente de las discrepancias que hayamos podido tener en un momento dado.

El 10, 11, 12, 13 y 14 de septiembre de 1961, frente al viejo Hospital Presbiteriano, en la esquina de Ashford y la Calle Nairn, se escenifican los primeros piquetes de la nueva lucha por la independencia de Puerto Rico. Tengo entonces 11 años y mi familia vive alquilada frente al hospital porque mi mamá es secretaria médica en el sótano, en Patología y Citología. Yo me escondo bajo de las pabonas a ver aquellos primeros piquetes por la libertad de Don Pedro Albizu Campos (encarcelado y encamado en la esquina sudoriental del tercer piso del Hospital) y nuestros Héroes Nacionalistas (incluyendo Toñito Cruz Colón, recientemente fallecido), y que son coorganizados por Juan Mari Brás y el naciente Movimiento Pro Independencia (MPI) de Puerto Rico, junto a otras organizaciones independentistas.

Posteriormente, Juan viaja cada Navidad, a las más remotas cárceles de Marion, Illinois; Fort Leavenworth, Kansas; Springfield, Missouri; y Alderson, West Virginia a visitar a nuestros cinco Héroes Nacionales, incluyendo su hermano casi de sangre, Rafaelito Cancel Miranda y lo que no se sabe entonces es que, de cierto punto en adelante, todo es parte de un posible canje entre prisioneros. Inicialmente se habla de un canje con nuestros hermanos vietnamitas por prisioneros de guerra (POW's) norteamericanos. El 25 de enero de 1968 se da una liberación por Vietnam de dos prisioneros de la guerra norteamericana, los boricuas José Agosto Santos y Luis Ortiz Rivera. El 26 de enero Juan Mari Brás informa que el MPI no tuvo nada que ver. Es muy, muy probable que dicha liberación fuera a manera de cortesía de nuestros hermanos vietnamitas por el fallecimiento reciente de nuestro José Rafael “Fefel” Varona Berríos. Cuando se abran los expedientes en Hanoi, muy seguramente aparecerá el nombre de Juan y el MPI en la liberación de esos soldados boricuas.

En 1974 o 1975, Fidel personalmente informa a dos senadores demócratas que Cuba puede liberar varias solicitudes de excarcelación pero hay cuatro confinados en Cuba, colaboradores de la CIA, cuya liberación tienen nombre y apellido. Este último esfuerzo prevalece y está consignado en  el libro  Cuba: Closest of Enemies, escrito por el entonces embajador norteamericano Wayne Smith en La Habana durante la presidencia de Jimmy Carter (actualmente afiliado a John Hopkins). Posteriormente Fidel lo reitera el 18 de junio de 1978 ante Barbara Walters en la televisión internacional. El 20 de junio de 1978 Peter Tarnoff en Casa Blanca le pide permiso por escrito al ayudante de Seguridad Nacional del Presidente Jimmy Carter, doctor Zbigniew Brzezinski. (Futuros Alternos, Tomo II, p.195).

En septiembre de 1979, la delegación del PSP ante la VI Cumbre de los No Alineados en Cuba,  dirigida por Juan, se encuentra en La Habana cuando se perfecciona dicha liberación dual. Cuba detiene el cumplimiento de la promesa hasta que nuestros cinco Héroes aterrizaran en San Juan. Cuando nuestros Héroes tocan tierra en Isla Verde, en La Habana el ayudante de Fidel, Pepín Naranjo, llama al embajador Wayne Smith para que recogieran a los cinco norteamericanos en Villa Marista. Todo lo anterior es un enorme logro político, pero también jurídico, conceptualizado y ejecutado, con la participación activa de Juan.

Quiero aprovechar para honrar de manera póstuma a un antiguo miembro de esta Facultad, John L.A.C. Passalacqua, que colabora activamente en el escenario norteamericano de esta ecuación, junto al primo de Juan,  Emilito Soler Mari y el desaparecido Juan Manuel García Passalacqua. Rafaelito me cuenta que dos años después de su liberación de 1979, los federales quisieron crearle problemas otra vez, citándolo a un Gran Jurado federal en Nueva York, en el caso de Marylin Buck. Juan se hizo cargo de asegurar que su hermano Rafael Cancel Miranda pudiera continuar disfrutando su muy merecida libertad.

La Asamblea Constituyente

De la Asamblea Constituyente se sabe mucho más. En el lado independentista hay dos grandes artífices, Juan Mari Brás y nuestro querido Noel Colón Martínez. Como se sabe, la Comisión de Estudio del Derecho Constitucional primero aprueba Los Requisitos Sustantivos Mínimos Esenciales de 1963 y, posteriormente, Los Requisitos Procesales en 1977. Siempre buscando en las bases Hostosianas, Dieguistas y Albizuistas, siempre consignando la Asamblea Constituyente como depositaria de la soberanía. Y cito: “. . . se ajusta al nivel de avance que ha alcanzado el mundo en nuestra época, al principio de la previa transferencia de todos los poderes soberanos a nuestro pueblo, y al más estricto reconocimiento del derecho de autodeterminación. Todas las fuerzas anticoloniales del país pueden converger en un amplio frente cuyo objetivo sea la total liquidación del colonialismo. El medio procesal que permite la unidad en la acción es la Asamblea Constituyente.”

Juan, siempre es un gran admirador y estudioso del proceso político de los primeros convocados a lo que serían posteriormente los Artículos de la Confederación hasta la más abierta Declaración de la Independencia de los Estados Unidos.

El Caso de los Comunistas en el Tribunal Federal

De todos los casos criminales y de derechos constitucionales fundamentales que Juan litiga durante su fecunda vida profesional y política, hay uno que me llama mucho la atención. El 7 de febrero de 1962, se litiga en el Tribunal de Estados Unidos para el Distrito de Puerto Rico, ante el juez federal Clemente Ruiz Nazario, el caso por actividades antiamericanas contra los comunistas puertorriqueños Consuelo Burgos, Juan Sáez Corrales, John Peter Hawes, Gertrudis Meléndez Pérez, Ramón Díaz Cruz, Frank Ruiz, Juan Emmanuelli Morales, César Andreu Iglesias, Pablito García Rodríguez, Cristino Pérez Méndez, Juan Santos Rivera y José Enamorado Cuesta. Ya desde 1959 el House Unamerican Activities Committee (HUAC) hostiga en San Juan y Nueva York a un sector importante del independentismo. El equipo de abogados defensores incluye a Don Santos P. Amadeo, catedrático de esta facultad, Belén Trujillo, William Fred Santiago, futuro presidente del Colegio de Abogados y futuro Juez Superior, Abraham Díaz González, posteriormente Rector de nuestro Recinto de Rio Piedras de la UPR,  Antonio Amadeo Murga, a quien posteriormente el Presidente Jimmy Carter hubiera nominado para juez federal, Lino Saldaña, ex-Juez Asociado del Tribunal Supremo de Puerto Rico, Geraldo Ortiz del Rivero, posteriormente nombrado director del Federal Defender's Office en el tribunal federal de Puerto Rico, Félix Reyes, Raúl Tirado, Ángel L. Martín, quien sería secretario de Hacienda bajo la gobernación de Luis A. Ferré y ex-Juez Asociado del Tribunal Supremo de Puerto Rico – y el propio Juan Mari Brás.

El fiscal federal era Charles Figueroa, el mismo con quien seis años después el FBI se mantiene en contacto para pedir permiso al Departamento de Justicia en Washington en caso de poder radicar criminalmente contra Juan por intervenir con personas compareciendo al servicio militar obligatorio, particularmente por violación a 18 U.S.C. 953. Juan, algunos meses antes, el 18 de septiembre de 1961, había contribuido en la radicación de un Habeas Corpus incoado por Arthur Harvey por la libertad del Maestro.

El recabo del apoyo de los Abogados Constitucionistas Norteamericanos Solidarios

Desde temprano en las décadas de 1960 y 1970, Juan dedica mucho tiempo a cultivar relaciones de trabajo con los abogados norteamericanos más comprometidos con las causas progresistas. Aquí hay que mencionar dos entidades y por los menos a dos personas. Honramos a la puertorriqueña Gina Cestero, quien por muchos años fue paralegal para una entidad creada producto de los fragores de la lucha del Sur y Martin Luther King, Center for Constitutional Rights (CCR), en Nueva York y con mucha influencia en el National Lawyers Guild (NLG), gremio progresista de abogados comprometidos en Estados Unidos, que recientemente celebraron su Asamblea Anual, en octubre de 2013, en el Condado Plaza.

Juan tiene una mente gemela con quien pasa horas discutiendo la estrategia de la defensa de los puertorriqueños que se negaban a ser reclutados compulsoriamente al Ejército de los Estados Unidos – el Servicio Militar Obligatorio (SMO) – o los interdictos patronales incoados por las grandes empresas norteamericanas ante el National Labor Relations Board (NLRB), el caso de la iremita o en la defensa de los patriotas que enfrentan citaciones de algún Gran Jurado federal en San Juan o Nueva York. Ese gigante del Derecho norteamericano era un abogado bien bajito en estatura y bien alto en pensamiento, profesor de Derecho Constitucional en la Escuela de Derecho de la Universidad de Rutgers, de nombre Arthur Kinoy, Rights On Trial, The Odyssey of a People's Lawyer, Bernel Books, Lexington, Massachusstes, 1984. Vemos posteriormente a Arthur en la redacción del Proyecto Dellums para la transferencia de poderes al pueblo de Puerto Rico durante la década de 1977 a 1988.

Debemos mucho también a la memoria de William M. Kunstler, My Life as a Radical Lawyer, Citadel Press Book, New York, 1996. Bill Kunstler es el último abogado en Estados Unidos de Guillermo Morales y el primer abogado que tiene Filiberto Ojeda Ríos en el tribunal federal de Hartford en 1985.

Otro gigante del derecho norteamericano a quien Juan recurre es Leonard Boudin, abogado de la Unión Soviética, Cuba y Vietnam ante Estados Unidos, y sobre quien hay una antibiografía muy interesante, American Radical. Otros abogados son David Scribner, experto en Derecho Laboral (de quien la Policía de Puerto Rico se refiere como el “ruso”), Michael Standard, recientemente fallecido,  Michael Avery, profesor de Derecho en Boston, William Shaap, Elizabeth Schneider, Mark Amsterdam, Rhonda Copelon y Nancy Stearn. Una plenitud de abogados, entonces jóvenes, como Paul Schachter, Peter Berwowitz y Judith Berkan, con el  CCR y el NLG fundaron en Río Piedras el Puerto Rico Project para atender los casos en el tribunal federal y entrenar abogados jóvenes. No se me puede olvidar nuestro inolvidable José Antonio “Abi” Lugo, graduado de esta Escuela de Derecho de UPR, con Maestría de Derecho Laboral de NYU, luego ostentando la primera plaza de abogado conferido a un puertorriqueño en el Center for Constitutional Rights (CCR). Se muda a Puerto Rico, litiga exitosamente y murió tempranamente en un accidente vehicular en Vieques.

Mientras continúa la lucha en Puerto Rico, Juan se ocupa además de buscar la mejor defensa legal ante el tribunal federal, ante quien muchos abogados prefieren no litigar. Otros abogados norteamericanos recabados por otros sectores del independentismo han sido Michael Deutsch, Jan Susler, Elizabeth Fink, Margaret Ratner y Michael Ratner.

Derecho al Piquete, el Pasquín, la Ciudadanía Puertorriqueña, Derecho Electoral y tantos pleitos en favor de la militancia

Los queridos bibliotecarios que nos auspician hoy en la Biblioteca de la Facultad de Derecho de U.P.R. han tenido a bien presentarnos una excelente exhibición que incluye casos constitucionales que incorporan a su vez la destacada obra jurídica de Juan Mari Brás y que se ganaron en el Tribunal Supremo de Puerto Rico. El caso del piquete y los altoparlantes para la diseminación de ideas y conceptos, como conducta protegida por el derecho constitucional que garantiza la libre expresión, Mari Brás v. Casañas 96 D.P.R. 15 (1968); (hechos: 10/29/64; sentencia: 05/03/66;  resuelto: 05/10/68).

“Esa victoria en el pleno judicial no es sino el resultado de una victoria en el plano político porque se había hecho patente la voluntad de ejercer ese derecho por un sector sustancial y considerable del pueblo puertorriqueño,” afirma Juan en Nueva York con motivo del X Aniversario del Movimiento Pro Independencia, el 9 de febrero de 1969.

El 25 de abril de 1971 Rosi Mari y yo somos dos de centenares y centenares de militantes arrestados por pasquinar las calles y pueblos en el ejercicio de nuestra libre expresión. En esa ocasión fuimos detenidos en la Calle Chardón, en Hato Rey, que entonces era una callejuela fabril. El Tribunal Supremo de Puerto Rico de entonces reacciona ante centenares de arrestos adjudicando que el uso  generalizado de carteles, mensajes pintados, pasquines, por individuos o grupos, Código Penal, Artículo 517(6), 33 LPRA 2067(6) (menos grave) como uno de los medios de diseminación de ideas, inquietudes y protestas, sobre toda clase de temas, incluyendo el mensaje y propagación política es constituyente de un ejercicio de las libertades de palabra y prensa, Mari Brás v. Alcaide 100 D.P.R. 506 (03/21/1972) (Playas Para el Pueblo).

No puede excluirse del registro electoral a ciudadanos puertorriqueños de las circunstancias actuales de Juan Mari Brás, por lo que debe considerarse que tienen derecho a votar bajo la Ley Electoral vigente. Ramírez de Ferrer v. Mari Brás 144 D.P.R. 141 (1997). La Constitución del ELA no cierra puertas a ningún cambio de estatus que el pueblo de Puerto Rico desee (que prevalezcan) unos mecanismos igualitarios . . . proveyendo a todo el electorado del país la opción de poder democráticamente expresar en las urnas su predilección sin que se discrimine contra ninguno de los ideales aludidos PSP v. E.L.A. 107 D.P.R. 590, 606, 624-25) (1978) (concurrente, Juez Asociado Antonio Negrón García). Al frente de todos esos litigios estaba la mente jurídica privilegiada de Juan Mari Brás, aunque siempre me dijo que había sido más útil creando experimentos jurídicos que como abogado. Básicamente, Juan es, como nos afirma Rafaelito, un gran estratega.

La Búsqueda de toda la Verdad sobre el Asesinato de nuestro querido Chagui

jmb-chaguiEl 28 de enero de 1975, el Superintendente de la Policía, Astol Calero, recibe, alegadamente,  “una llamada anónima, con voz de hombre, indicándole que hay un grupo de individuos planeando dar muerte al Lcdo. Juan Mari Brás.” El Director de la Oficina de Inteligencia, Comandante Carmelo Gloró, había recibido información “suministrada” por el agente del FBI Pimentel, “en el sentido de haber ellos recibido confidencias de que un grupo de individuos se estaba preparando para dar muerte a Juan Mari Brás” para esos días. La respuesta de la Policía es que la ronda nocturna en la Avenida de Diego en Río Piedras “en sus recorridos, le prestaran atención al asunto.” Ese 29 de enero de 1975, el coronel Rafael Juliá visita a Juan en Claridad, Juan lo recibe y es informado de que ese día habría un atentado contra su persona. El 10 de noviembre de 1975 el  jefe del FBI en San Juan, Warren C. De Brueys, le confirma lo que ya el 7 de noviembre de 1975 los agente del FBI Ernesto Patino y Arturo Rivera le informan oralmente, relativo a “. . . from a source who has furnished reliable information in the past regarding a possible plan afoot within Puerto Rico including the possible attempt to assassinate Juan Mari Brás ...please be advised that additional inquiry has failed to corroborate that information . . . (I)n informing Juan Mari Brás of the general type of information relative to the alleged possible threat against his life, it would be appreciated if you would not reveal the identity of this office as the source of this matter in order to protect the identity of our source. Additionally, this communication should be afforded maximum security for the same reason.” El 2 de enero de 1976 el FBI repite un escrito a Calero, y añade: “. . . the Federal Bureau of Investigation will not be revealed as the source of this information. The reason for this is, basically, to protect the source, whose identity and life could be jeopardized were it known openly that the information in question originated with this office.”

El fatídico día de 24 de marzo de 1976 acompaño a Juan a un periódico viaje de San Juan a Nueva York, en el vuelo Eastern Airlines #924, salimos a las 6:30PM.  Lo dejo en casa de José La Luz y su esposa Isabel en Brooklyn, y continúo a mi hogar en la Calle 14. Por la mañana me llama Manuel de J. González y Alberto Pérez Pérez. Chagui había sido asesinado. Ellos saben que yo andaba con algún dinero y que hay que traer a Paquita a San Juan – que enseñaba en Nueva York – y a Juan. Yo no podía viajar simultáneamente a dos extremos de la ciudad, y cada minuto contaba. Llamo a Paquita al West Side de Manhattan y aguantando la respiración y sin informarle nada, casi le ordeno que me encontrara en el terminal de American Airlines. Me traslado a Brooklyn, entro por la cocina, nadie se atreve a decirle nada, Juan está desayunando en la sala. Me siento frente a Juan y, a quemarropa, le informo que Chagui había muerto. “Me lo han matado”, grita. Le mentí, le dije que no sabía, pero que estaba muerto. De alguna manera nos montamos en un carro muy pequeño, llegamos al Kennedy , vimos a Paquita. Ella había  pensaba que necesitábamos  que llevara alguna noticia confidencial a San Juan, pero cuando ve a Juan en el automóvil se imagina que eran malas noticias. Juan exclama “Chagui”.  Padre y Madre se abrazan y estallan en llanto. American Airlines se porta muy bien. En el avión, un migrante que va de regreso ha oído lo que pasaba por radio y me indaga, le ordeno que no dijera nada. A Digna Sánchez, entonces a tres meses de parida – aquí presente – también le corresponde hacer el vuelo con Juan y Paquita. El resto es historia.

Hay otros grandes combates en el Ejercicio del Derecho de Juan Mari Brás, que requerirán otros ponentes y otras jornadas, tales como la conceptualización y radicación de los Proyectos Dellums para la Transferencia de Poderes y la Independencia de Puerto Rico; el origen de la conmemoración  moderna y las cátedras de Eugenio María de Hostos; la fundación y magisterio jurídico durante la histórica existencia de la Facultad Eugenio María de Hostos en Mayagüez; en la U.P.R. en Rio Piedras y Humacao; y en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en el Viejo San Juan y no lo podemos dejar afuera, precisamente por su magnitud, el llamado “pleito de la Ciudadanía”.

Conclusión

Hay mucho trabajo pendiente. Descubrir la verdad del asesinato de Chagui, propagar centenares de escritos y discursos de Juan que están trascritos y enterrados en las Carpetas y no han salido a la luz pública  y luchar por la independencia de Puerto Rico son tres prioridades que no podemos dejar a un lado. Bienvenidos a la satisfacción del deber cumplido.

Muchas gracias por este honor.

 

Juan Mari Brás: El Ejercicio del Derecho
2 de diciembre de 2014                                           
Aniversario del Natalicio de Juan Mari Brás                         
Escuela de Derecho de la U.P.R.
por  Rafael Anglada López

 

Misión PR en Cuba

 

Fundación Juan Mari Brás

 

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