«Pocas veces he palpado tanta felicidad como la que vi en los rostros de los Caminantes por Oscar al recibirlos en el puente entre Cabo Rojo y Mayagüez.»

Caminante, caminante,
no caminas por caminar,
en cada paso pa’lante
reafirmas nuestra dignidad.

Caminante, caminante,
no sólo marchas por Oscar,
en el camino sembraste
esperanzas de libertad.

Cuando los vi llegando
a mi querido Mayagüez,
vi llegar a Albizu Campos,
con Lolita, Irvin y Andrés.

Vi llegar a Carmín Pérez,
Mari Brás y Filiberto,
y a los hombres y mujeres
que encaminan a sus pueblos.

Gracias en nombre de Oscar,
y en nombre de la justicia,
y en nombre de la dignidad,
y en el nombre de su hija.

Pocas veces he palpado tanta felicidad como la que vi en los rostros de los Caminantes por Oscar al recibirlos en el puente entre Cabo Rojo y Mayagüez. Ya habían recorrido muchas millas, pero sentían la alegría de quien hace algo por amor a un patriota que todo lo ha dado por su patria. Gracias, amados compañeros y compañeras. Por más sudados que estén, les doy un apretado abrazo para que me peguen el sudor de la dignidad.

Yo no sé lo que hará Obama,
pues desconozco su conciencia,
pero haga lo que haga,
Oscar vencerá las rejas.

22 de mayo de 2015 / Claridad