Mi buen amigo Millito,
hoy supe de tu partida,
pero no muere ni se olvida
quien caminó el buen camino.

Y tú, hermano Millito, siempre caminaste ese camino, siempre ayudando al que pudieras ayudar y llevando una sonrisa de alegría a los demás.  Fuiste buen hijo, buen padre, buen esposo, buen hermano, buen amigo y un patriota a carta cabal.  Gracias, mi compueblano mayagüezano por darme el privilegio de tu amistad.  Te doy las gracias nuevamente, así como en nombre de Lolita, Oscar, Irvin y Andresito pues  tuviste mucho que ver con nuestra excarcelación incondicional de las prisiones del imperio.  

Mi esposa María de los Ángeles y yo nos unimos al dolor de  Anita, tus hijos, nietos, hermanas y toda tu querida familia.


Misa en la Iglesia San Ignacio de Loyola en Río Piedras el viernes 15 de enero de 2016 a las 7 p.m.