Pronunciar el nombre de Ferrer Canales en Puerto Rico, patria que lo vio nacer el 18 de septiembre de 1913 en Santurce en 1913, es decir DIGNIDAD, así, en mayúsculas. No es para menos. Luchador desde todas las trincheras por la libertad de su tierra, su pluma fue su arma preferida. Con ella y su palabra precisa, demostró que somos un pueblo, una patria malherida, que pugna por sobrevivir enfrentada al ignominioso imperialismo yanqui.
Padre Nuestro
Padre Nuestro que estás en la ola, en el viento, en la roca, en el mar, arrulla con Tu Canción, mi alma sedienta de Amor Eternal. Préstame Tu Lumbre para seguir yo sembrando "flor de caridad".
Padre que cuida de la ola y la roca, de aquel verde monte que se inunda en la tierra oscura del mar. Padre que das al mar su lírico estremecimiento, su lamentación, la sinfonía de sus cantares, guía mi pensar. Dame la humildad de las almas astrales. Guíame sobre la tempestad. Que cuando el rugido de las fieras y el aullido de los canes ahuyentarme quiera en mi incursión hacia el conocimiento, hacia la visión integral, Tú me serenes.
Señor, no me olvides.
Padre Omnipotente, tengo hambre de Verdades Cósmicas, sed de encontrar más allá de este rumoreo oceánico, la Paz. Que yo vea mis ríos interiores, para que Tú me hables desde ese mundo cercano. Que yo santifique con Amor todas mis huellas. Revísteme de Tu Gracia para que yo siga por mi camino que no es el mío sino el que Tú quieres que sea.
Padre Nuestro, que estás en la ola, en el viento en la roca, en el mar...
José Ferrer Canales
Don José Ferrer Canales partió del terruño borinqueño el 20 de julio de 2005. Fue a encontrarse con sus amados Martí, Hostos, Betances, Varona, y tantos otros con quienes compartió sueños antillanos, de confederaciones, de Patria Grande bravía y hermosa. Pronunciar el nombre de Ferrer Canales en Puerto Rico, patria que lo vio nacer el 18 de septiembre de 1913 en Santurce en 1913, es decir DIGNIDAD, así, en mayúsculas. No es para menos. Luchador desde todas las trincheras por la libertad de su tierra, su pluma fue su arma preferida. Con ella y su palabra precisa, demostró que somos un pueblo, una patria malherida, que pugna por sobrevivir prácticamente sola, enfrentada al ignominioso imperialismo yanqui. Escritor, patriota, historiador y humanista, se distinguió por su conocimiento de la historia y cultura caribeña y latinoamericana. Fue un puertorriqueño con profundos sentimientos patrióticos a la vez que seguidor de la idea de Betances, Hostos, Martí y Luperón de la integración antillana. Se caracterizaba por una gran humildad y caballerosidad. Su orgullo patrio lo transmitía a los jóvenes estudiantes a los que dejaba admirados por su calidad humana y por sus asombrosos conocimientos. Supo unir estudio y práctica revolucionaria. Fue de los miles de revolucionarios del mundo que puso pie y alma en tierra española al llamado internacional de la República para combatir contra el golpe fascista de Franco. Herido en la lucha, regresó a Puerto Rico, según me relató un día mientras charlábamos en la otrora Librería Puerto Rico del Movimiento Pro Independencia, donde yo trabajaba y aprendía entre libros.
Su biografía es mucho más que una lista de años y hechos. Su Alma Mater fue la Universidad de Puerto Rico. Obtuvo su Maestría en Artes en 1944. Luego fue en pos de mayor conocimiento a la Columbia University y se recibió de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México en 1952. Por sus abundantes y profundos estudios sobre el pensamiento de Enrique José Varona, Eugenio María de Hostos y José Martí, se le reconoció como el especialista cabal de estos próceres de Nuestra América. Dio a la prensa: la colección de ensayos Marginalia (1939), Imagen de Varona (1964) y recientemente, Asteriscos (1990), con el sello de la Editorial de la Universidad de Puerto Rico.
Se convirtió en abanderado del pensamiento hostosiano, martiano; se transformó en el maestro por excelencia de juventudes universitarias, de pueblo trabajador.
Detrás de él dejó incontables ensayos, libros, entrevistas… pero más que nada, nos deja su ejemplo vivo y su palabra:
"La conmemoración de las fechas estelares en la historia y la evocación de horas cenitales en la vida de los héroes, mártires y apóstoles cumplen una función pedagógica e iluminadora en la conciencia de los pueblos: revelan gratitud, renuevan, esclarecen, fortalecen para la lucha necesaria".
"Si pudiéramos leer la historia como se interpretan partituras musicales, acaso descubriríamos crescendos, diminuendos, momentos como en la sonatas, notas graves y aguda; encontraríamos fechas que despiertan el alma individual y colectiva con notas, con sonido de una campana, de una trompeta, o acordes dramáticos, estremecedores".
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