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Proyecciones de la II Cumbre de la CELAC PDF Imprimir Correo
Escrito por Niko Schvarz / Barómetro Internacional   
Viernes, 14 de Febrero de 2014 23:46

celac«Un caso particular es el de Puerto Rico, que ocupó una parte apreciable de las deliberaciones con la finalidad de buscar los mecanismos para facilitar su inclusión en la CELAC. Como se sabe, su status actual es el de Estado Libre Asociado de Estados Unidos, y constituye uno de los remanentes del colonialismo en el continente.»

La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que acaba de efectuarse los días 28 y 29 de enero en La Habana, Cuba, reviste extraordinaria significación. Se ha consolidado la más importante institución de unidad continental que reúne a todos los países de la América Latina y caribeña, con la exclusión expresa de Estados Unidos y de Canadá. Constituye una reafirmación de la independencia y soberanía de las naciones de Nuestra América, que concreta el legado de Simón Bolívar, particularmente en la Carta de Jamaica, y de la obra íntegra de José Martí. El presidente de Cuba Raúl Castro, a la vez presidente de turno de la CELAC, destacó en su discurso en la inauguración de la terminal de contenedores del puerto de Mariel, junto a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, que la misma se realizaba, por feliz coincidencia, en el marco del 161º aniversario del natalicio de José Martí (27 de enero) y en vísperas de la inauguración de la Cumbre del organismo continental.

Una zona de paz y libre de armas nucleares

Esta nueva realidad se proyecta con una impronta propia en la actual realidad internacional, particularmente en el terreno de la lucha por la paz mundial y el desarme nuclear, ya que una de sus resoluciones fundamentales, contenida en el punto 53 de la Declaración final, expresa: “Nos comprometemos a seguir trabajando para consolidar a América Latina y el Caribe como Zona de Paz, en la cual las diferencias entre las naciones se resuelvan a través del diálogo y la negociación u otras formas de negociación pacífica establecidas en el Derecho Internacional”. A mayor abundamiento, el punto 72 expresa el aporte específico de la América Latina y caribeña en este sentido, a través del Tratado de Tlatelolco, al destacar “el valor y contribución a la paz y la seguridad internacionales del Tratado para la proscripción de las armas nucleares en América Latina y el Caribe y sus protocolos (Tratado de Tlatelolco), el cual estableció la primera zona más densamente poblada, libre de armas nucleares en el planeta”. En el mismo punto, subraya su pleno apoyo a la labor del organismo para la proscripción de las armas nucleares en América Latina (OPANAL) y la necesaria colaboración de la CELAC con el mismo.

Sobre este tema esencial  en el mundo de hoy, señala en términos precisos en el punto 68: “Destacamos la celebración, por primera vez en las Naciones Unidas, de una reunión de alto nivel sobre desarme nuclear, el 26 de setiembre de 2013, en la que la CELAC reafirmó la necesidad urgente de avanzar hacia el desarme nuclear y lograr la eliminación total y general de las armas nucleares de forma transparente, irreversible y verificable, e instó a trabajar para avanzar hacia la negociación de un instrumento universal jurídicamente vinculante, que prohíba las armas nucleares con un cronograma multilateralmente acordado”. Se compromete a dar continuidad a dichas posiciones, y a renglón seguido expresa “su más alta preocupación por las consecuencias humanitarias de enormes proporciones  y los efectos globales de cualquier detonación nuclear accidental o intencional”, da la bienvenida a loa resultados de la Conferencia de Oslo de marzo de 2013 sobre impacto humanitario de las armas nucleares y formula  un llamado a todos los estados a participar en la próxima conferencia internacional sobre este tema, a celebrarse en México dentro de unos días (13 y 14 de febrero 2014).

Continuidad en el proceso de integración continental

La II Cumbre de la CELAC ha estado precedida por un ejemplar y minucioso trabajo preparatorio, y además se preocupó por asegurar su continuidad. El paso inicial se dio en Salvador de Bahía, Brasil, los días 16 y 17 de diciembre de 2008, en la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre integración y desarrollo. Siguió la reunión ministerial de la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre integración y desarrollo (CALC), efectuada en Montego Bay, Jamaica, el 6 de noviembre 2009. Luego, la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe celebrada en la Riviera Maya, próxima a Cancún, México, el 23 de febrero de 2010. La Cumbre fundacional de la CELAC propiamente dicha tuvo lugar en Caracas, Venezuela, el 3 de diciembre de 2011, con participación descollante del malogrado presidente Hugo Chávez. La I Cumbre se efectuó en Santiago de Chile los días 27 y 28 de enero de 2013, precediendo exactamente en un año la reciente Cumbre de La Habana. La presidencia pro témpore pasó de manos del presidente chileno Sebastián Piñera a su homólogo cubano Raúl Castro. Durante el año 2014 se traspasará a Costa Rica, que será sede la III Cumbre (con la particularidad de que la presidenta Laura Chinchilla finaliza su mandato en mayo de este año 2014), y luego le corresponderá a Ecuador, que será sede de la IV Cumbre de la CELAC en el año 2015. La República Dominicana se ofreció para albergar la cumbre siguiente en el año 2016. Adviértase que la sucesión de las presidencias (Chile, Cuba, Costa Rica, Ecuador) va pautando la unidad en la diversidad que caracteriza a este organismo de integración continental.

En el mismo se han congregado los 33 países que lo conforman. Por América del Sur, incluye a Guyana, Surinam, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Paraguay, Chile, Argentina, Uruguay.  Por América del Norte, solamente México, y por América Central: Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá. Las naciones caribeñas se dividen en las Antillas Mayores: Bahamas, Cuba, Jamaica, Haití, República Dominicana; y las Antillas Menores: San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Barbados, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Granada, Trinidad y Tobago, Dominica y Martinica.

Contra el colonialismo: Puerto Rico y las Malvinas

celacII-delegaciónprUn caso particular es el de Puerto Rico, que ocupó una parte apreciable de las deliberaciones con la finalidad de buscar los mecanismos para facilitar su inclusión en la CELAC. Como se sabe, su status actual es el de Estado Libre Asociado de Estados Unidos, y constituye uno de los remanentes del colonialismo en el continente. Como fruto de un debate específico sobre el tema, el punto 38 de la Declaración establece: “Reiteramos el carácter latinoamericano y caribeño de Puerto Rico y, al tomar nota de las resoluciones sobre Puerto Rico adoptadas por el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, reiteramos que es asunto de interés de CELAC”; y en el punto 40 encomienda al Cuarteto de la CELAC (integrado por el presidente en ejercicio, el anterior y el posterior, y un representante del CARICOM) a presentar propuestas para avanzar en esa dirección. Esto se enmarca en la lucha por hacer de América Latina un territorio libre de colonialismo, del mismo modo que es un territorio libre de armas nucleares. Asimismo, a tenor del punto 39, “los países miembros de la CELAC nos comprometemos a seguir trabajando en el marco del Derecho Internacional, y en particular de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 14 de diciembre de 1960, para lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo y colonias”. Se afirmó en la reunión que la obra de la CELAC estará inconclusa hasta que no integre a todos los territorios aún coloniales, cuyo caso más señalado es Puerto Rico.

Estos hechos fueron valorados en forma muy positiva por la delegación del movimiento independentista puertorriqueño que concurrió a La Habana, integrada por Wilma Reverón, copresidenta del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), María de Lourdes Guzmán, presidenta del Movimiento Unión Soberanista y Arturo Hernández, del Comité de Puerto Rico en la ONU (COPRONU). Estimaron que en la Cumbre se había dado “un paso gigantesco” en el objetivo de lograr un asiento de observador para el movimiento de liberación y luego poder unirse a la CELAC como país soberano. Se recordó que la lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico tuvieron en su época un origen similar en 1868, y que eran para Martí “gemelas por el alma dolorosa y la esperanza indómita” y ambas, además, “indispensables para la seguridad, independencia y carácter definitivo de la familia hispanoamericana en el continente”. En términos análogos se pronunció Raúl Castro en la Cumbre de Santiago de Chile.

En el tema de la lucha contra el colonialismo se incluye asimismo el punto 50 de la Declaración, en el sentido de “reiterar nuestro más firme respaldo a los derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía por las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, así como el permanente interés en que dicha disputa se resuelva por la vía pacífica y de la negociación, conforme lo dispuesto por la Resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

EEUU aislado y Cuba rodeada de solidaridad: la terminal de Mariel

El hecho de que la II Cumbre de la CELAC se haya efectuado en La Habana y bajo la presidencia de Cuba reviste particular significación. Recuérdese que por presión de Estados Unidos, Cuba fue excluida de la OEA en la conferencia de cancilleres de enero de 1962 efectuada en San Rafael, Uruguay, y que desde hace más de medio siglo el país debe soportar el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos y rechazado en más de veinte ocasiones por la comunidad internacional en la Asamblea General de la ONU. En la inauguración de la Cumbre, el canciller cubano Bruno Rodríguez Padilla afirmó: “El intento de aislar a Cuba ha fracasado totalmente, y en este momento lo único que sufre un profundo aislamiento es la política norteamericana en relación con Cuba”. El foro no se limitó a condenar en términos categóricos el bloqueo a la isla, estableciendo en su punto 52 el “más profundo rechazo a las medidas coercitivas unilaterales” impuestas por EEUU, la solidaridad con Cuba y el llamado a EEUU a cesar el bloqueo; sino que, además, aprobó una serie de documentos que enfrentan directamente la política de EEUU en la región, en particular la declaración del continente como zona de paz y libre de armas nucleares. Este documento es de suma importancia, teniendo en cuenta que EEUU y el Reino Unido envían sistemáticamente a la región submarinos atómicos con carga completa y EEUU detenta alrededor de 70 bases militares desplegadas en la región.

Otro tema clave abordado en la reunión es el espionaje masivo practicado por EEUU contra gobernantes y organismos de los países latinoamericanos, puesto de relieve por Edward Snowden. Uno de los temas discutidos fue la creación de un “Internet latinoamericano”, un sistema de comunicaciones electrónicas bien protegido ante cualquier intervención exterior, como lo ha venido proponiendo Brasil.

A estos temas hizo referencia el presidente boliviano Evo Morales en la sesión final de la Cumbre, expresando: “Hemos perdido el miedo para liberarnos del imperio. América Latina y el Caribe nunca más pueden ser gobernados por el imperio. Queremos acabar con el saqueo a nuestros recursos naturales”, agregó, haciendo referencia además al espionaje masivo practicado por organismos del gobierno yanki contra gobernantes y líderes latinoamericanos.
La solidaridad con Cuba tuvo una brillante expresión en el acto de inauguración de la primera fase de la terminal de contenedores del puerto de Mariel, a unos 50 kilómetros de La Habana, en un acto encabezado el 27 de enero por los presidentes Raúl Castro y Dilma Rousseff. Esta última culminó un proceso de ayuda fraterna a Cuba que había iniciado el gobierno de Lula. Mariel será el puerto de contenedores más moderno del  Caribe y el primero que estará en condiciones de recibir barcos Super-Post-Panamá de 200 mil toneladas. Raúl Castro dijo en la inauguración que desde ese momento la terminal se inserta en el sistema portuario cubano y latinoamericano, y agregó: “Este proyecto ha contado con un importante financiamiento del gobierno brasileño en condiciones ventajosas y ha resultado de gran ayuda para construir no solo la terminal de contenedores sino otras obras de infraestructura como carreteras, redes, líneas férreas y el dragado de la bahía”. En nombre de todos los cubanos, expresó profundo agradecimiento a la presidenta brasileña “por su contribución solidaria en la ejecución de un proyecto trascendental para la economía nacional”.  Explicó que la terminal de Mariel será “la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano  y su ubicación geográfica en la ruta de los principales flujos de transportación marítima  en nuestro hemisferio, propiciará que se consolide su posición como una plataforma logística  de primer orden a nivel regional”. Esto da idea de la magnitud y de la proyección de esta obra para Cuba y para  toda la región, lo que permitió concluir al presidente con la siguiente afirmación: “Esta terminal de contenedores de Mariel y la poderosa infraestructura que la acompaña son una muestra concreta del optimismo y la confianza con que los cubanos miramos al futuro socialista y próspero de la Patria”.

Un hecho simbólico es que Dilma intervino en la inauguración de la terminal de Mariel (y se entrevistó también con Fidel Castro) llegando directamente desde Suiza, donde participó por primera vez en el Foro Económico Mundial de Davos, que reúne a la crema del empresariado a nivel internacional. La participación brasileña en la construcción del nuevo puerto de Mariel y en la instalación de la denominada “zona económica especial” (una suerte de zona franca) alcanza 1.100 millones de dólares, y la obra ha sido definida como el mayor proyecto de Cuba, con posibilidades de ser el eje transformador de la economía del país y parte esencial de las reformas que aparejarán grandes cambios en la sociedad isleña. También se elevará el intercambio comercial recíproco entre ambos países. Brasil es actualmente el cuarto mayor importador de productos de Cuba, principalmente de medicinas y vacunas, sin olvidar que actualmente miles de médicos cubanos trabajan en Brasil, muchos de ellos en las zonas alejadas de los grandes centros poblados. Dilma expresó en su intervención en la Cumbre que el envío de 11 mil médicos cubanos a Brasil es el mejor mecanismo de cooperación, porque beneficia directamente a la población. El gobierno brasileño requiere estos médicos para llevar la atención sanitaria a más de 700 municipios en los que nunca hubo un profesional y aumentar su número en zonas donde éstos son deficitarios. A la convocatoria, de carácter internacional, solo concurrieron un millar de médicos brasileños y unos 300 del resto del mundo, y solamente Cuba estuvo dispuesta a desplegar un ejército de profesionales de la salud en cualquier escenario.
Por otra parte, la misma empresa Oderbrecht que construyó el nuevo puerto está gestionando un crédito del BNDES (banco estatal brasileño de crédito y financiación) para participar en la ampliación del aeropuerto de La Habana.

Mujica: las razones profundas de la integración

El presidente José Mujica pronunció el 29 de enero en la Cumbre de CELAC un notable discurso, que se difundió por el mundo y cautivó a la opinión pública en general. En su peculiar estilo, abordó las razones profundas de la integración de nuestros pueblos. La clave de su concepción está en la siguiente frase inicial: “Tenemos que integrarnos  por nuestro propio desarrollo, pero el desarrollo no es sólo sumar riquezas, aumentar consumo, ¡es la lucha por la felicidad humana!”. Dijo  luego que hay una agenda mundial que ningún país puede revertir y se formuló preguntas fundamentales en el terreno de la ecología: “¿Quién va a limpiar los océanos de los continentes de nylon que ha creado nuestra civilización? ¿Quién puede enfrentar la desecación de la meseta del Tibet donde nacen los cuatro ríos fundamentales  para la vida de Asia? ¿Qué país tiene fuerza por sí solo para enfrentar la fenomenal obra de reforestación que hay que hacer en este planeta? ¿Qué país puede inventar un Mar Caspio en medio del Sahara? ¿Qué país puede inventar un río de agua dulce desde el hielo de Alaska y volcarlo en el desierto americano y en el desierto mexicano?”. Respondió: “Hay un programa para la humanidad entera. Ningún país, ningún continente, puede resolver esos asuntos. Pero el desafío de la vida, del futuro, implica eso”.

Agregó nuevas preguntas, ahora sobre la amenaza de la guerra nuclear y los presupuestos militares: “¿Cómo va a estar libre de armas nucleares nuestro continente si los submarinos nucleares se pasean por nuestras aguas, y los territorios coloniales son asientos para potencias nucleares?”. Vuelve a responder: “Tenemos que juntarnos, porque estas cosas hay que gritárselas al mundo entero”. Y luego, en un plano más elevado: “Es mucho lo que puede hacer el hombre, ¡es muchísimo si la humanidad junta fuerza!”. Sigue la condena airada al despilfarro y a los gastos militares: “¿Por qué despilfarramos tanto por todos lados, 2.000 millones de dólares por minuto de presupuestos militares?”. Y la contracara: “Si la humanidad no es capaz de pensar como especie, si la humanidad sigue pensando apenas como país, y dentro del país como clase social, y pensando solamente en lo nuestro, entonces la civilización está condenada”. De ahí el llamado a los latinoamericanos todos: “Somos responsables en parte de la historia en que vivimos, nos tenemos que juntar l@s latinoamerican@s por esto”. Plantea el desafío de “crear una cultura de pensar por la humanidad toda. La globalización es un hecho, un hecho que va camino del desastre si no somos capaces  de vertebrar un programa de conciencia”. La integración requiere organismos especializados, pero “la historia la pueden cambiar solo los pueblos”.

Viene luego el aspecto que más se ha difundido en resúmenes de prensa: “El hombre tiene que luchar por la felicidad concreta, y eso es tener tiempo para vivir. Para ser libre hay que tener tiempo, un poco de tiempo para vivir, para poder cultivar las 3, 4, 5 cosas inapelables, fundamentales, unidas a la vida, y después de eso, lo demás es bulla y lamento”. Y ahí introduce la valoración de la política a favor del pueblo: “Para que las masas puedan tener ese tiempo, hay que cuidar los recursos, y hay que cuidar la política, la imagen de la política”. Lo que implica una lucha larga y dura contra “la enorme capacidad de dominación cultural” y aquí coloca en primer plano la “cultura del egoísmo y de la pérdida de la fraternidad humana”. Para ello no hay un cambio mágico a la vuelta de la esquina.

Insiste en la necesidad de “juntarnos en este etapa histórica para luchar, aclararnos la cabeza y poder influir en este mundo a favor de defender la vida, dejando por el camino estas aristas de despilfarro, de contaminación, de pérdida de energía, de esclavización del tiempo humano, pero a su vez poder mantener y multiplicar  los medios gloriosos que ha traído la ciencia y la tecnología a favor de la vida humana”. Vuelve a los temas ecológicos: “No puede ser que los hombres de ciencia se junten hace muchos años en Kioto, nos pronostiquen lo que va a pasar y prácticamente no hemos hecho casi nada”.

De allí se deduce la necesidad imperiosa de la integración: “L@s latinoamerican@s nos tenemos que integrar. Tenemos que integrarnos por el espanto. Ningún país de América Latina tiene peso para enfrentar esa incertidumbre. Tenemos una corresponsabilidad. No nos hemos integrado y hemos vivido más de un siglo mirando para Europa, para Estados Unidos, para cualquier lado, casi no nos mirábamos entre nosotros. Ahora hemos dado un paso fantástico. Pero tenemos que construir inteligencia a favor de la integración. No solo hay que integrar la infraestructura, la energía, las fronteras, los puertos, las formas de comunicación, los sistemas de seguros, la cultura, las universidades, la investigación, el cuidado global de la salud, nuestro propio sistema, nuestras tradiciones. Si no creamos corrientes políticas, si no creamos inteligencia, si no creamos en la cabeza de las generaciones que van a venir, seremos apenas contempladores en el futuro de nuestras desgracias y nos quejaremos y viviremos tratando de remendar lo que podemos”.

La conclusión final: “La vida humana es casi un milagro. Este milagro merece que los seres humanos dotados de conciencia gasten una enorme energía colectiva  en defender el parámetro de la vida para las generaciones que van a venir. Por estas cosas tenemos que juntarnos los del Continente Joven”.

Unidad en la diversidad, diálogo y concertación política

El discurso del presidente uruguayo constituye un comentario por lo alto de los aspectos medulares del documento básico de la Cumbre, el cual destaca que a dos años de su funcionamiento el organismo ha logrado construir un espacio de diálogo y concertación política que  une a nuestros países  y hace posible el trabajo conjunto por el bienestar de los pueblos de la región, lo que permite a la vez la mejor inserción y la proyección de ésta en el ámbito internacional. En toda su primera parte el documento analiza el concepto de unidad en la diversidad que sirve de basamento a la CELAC, siempre en la búsqueda de la convergencia que permita avanzar en el proceso de integración regional. En su preámbulo el documento establece: “Fortalezcamos nuestras democracias y todos los derechos humanos para todos; demos mayores oportunidades a nuestra gente; construyamos sociedades más inclusivas; mejoremos nuestra productividad; estrechemos nuestro comercio; mejoremos nuestra infraestructura y conectividad y las redes necesarias que unan cada vez más a nuestros pueblos; trabajemos por el desarrollo sostenible, por superar las desigualdades y por una más equitativa distribución de la riqueza, para que todas y todos sientan que la democracia es da sentido a sus vidas. Esa es la misión de la CELAC”.

Este criterio ha tenido general aceptación. La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Alicia Bárcena, calificó a la CELAC como “el logro político más importante de los últimos años en la región” y reiteró además el compromiso del organismo con la consolidación de la Comunidad, al intervenir en la reunión de cancilleres previa a la Cumbre. Dio una serie de datos sobre la marcha de la economía en la región, y destacó que los países que obtuvieron los mejores resultados en la disminución de la pobreza fueron Brasil y Venezuela.

Por su parte, comentarios de Cubadebate señalan que la Cumbre de la CELAC trazó el sendero a recorrer para hacer realidad la integración de la Patria Grande y demostró que la joven organización regional es ya un bloque a respetar. Destaca la amplia asistencia de mandatarios y presidentes electos de sus 33 países miembros, además de representantes de instituciones internacionales como el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, todo lo cual dio realce  a la cita de La Habana, que respetando en todo momento la diversidad de criterios y opiniones, envió al mundo una señal de unidad sin precedentes desde Nuestra América. Todos los delegados unieron sus voces para declarar a la región Zona de Paz y apostaron por la solidaridad, la cooperación y la hermandad entre sus respectivos pueblos y gobiernos. En la reunión no hubo una sola nota discordante, hecho positivo que quedó registrado para la historia de la Patria Grande en la Declaración de La Habana, refrendada por unanimidad.

 

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