El 19 de octubre de 1983 me encontraba en La Habana, cumpliendo funciones como Delegado Permanente del Partido Socialista Puertorriqueño. Desde días antes corrían los rumores de que algo grave estaba sucediendo en la isla de Granada. La isla caribeña era desde 1979, escenario de un proceso revolucionario impactante. Enorme simpatía y respeto había generado su Primer Ministro Maurice Bishop.
Ese día llegó la noticia terrible y confusa a la vez, de que Bishop y varios de sus ministros y colaboradores habían sido asesinados.
De inmediato se pensó que había sido la mano criminal de la CIA de EEUU la responsable del magnicidio. Después de todo, la revolución popular de Granada sufrió la amenaza continua de parte del gobierno de EEUU, particularmente a partir de la presidencia de Ronald Reagan, en 1981.
Incluso se diseñó una invasión militar para frustrar aquel proceso, utilizando la isla puertorriqueña de Vieques como campo de entrenamiento para diseñar la agresión.
Pero no había sido un agente de la CIA el asesino de Bishop, sino un grupo de sus propios compañeros de gobierno y partido, encabezados por el vice primer ministro Bernard Coard. Fue una conspiración espantosa e insensata llevada a cabo en nombre de una pretendida pureza ideológica y de un pretendido espíritu revolucionario. Estos falsos revolucionarios le habían hecho el trabajo sucio al gobierno de Reagan. La invasión planeada desde hacía años sería inminente, solo que ahora parecería como un hecho inevitable.
Seis días después, el 25 de octubre de 1983, los marines yanquis invadieron Granada, pequeña isla de 344 kilómetros cuadrados y poco más de 100 mil habitantes, que habían cometido la osadía de ser escenario de una revolución popular.
Han pasado 30 años de aquellos sucesos. Son muchas las lecciones que debemos sacar de aquel hecho escandaloso, en el que, como balance, la brutalidad y violencia del invasor yanqui se entremezcla con la inconcebible violencia e insensatez de quienes, en nombre de la revolución, la asesinaron.
*Mirando al Sur, columna semanal del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico en el periódico del gobierno bolivariano de Venezuela, Correo del Orinoco. |