La conmemoración del décimo aniversario del MINH nos permite hacer una reflexión más extensa sobre nuestra lucha de independencia, que ocupa las dos pasadas décadas.
Situémonos en 1993. Han colapsado la Unión Soviética y el campo socialista del este de Europa. La unipolaridad y la globalización, timoneadas por las grandes potencias capitalistas, arrasan con el planeta. En Puerto Rico, ha triunfado el anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP). Desaparece sin pena ni gloria el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP), que se había fundado en 1971, fruto de la transformación del Movimiento Pro Independencia (MPI).
Por todos lados que se le mirara, era un mal momento para las luchas de los pueblos, incluyendo el nuestro.
En ese contexto, donde la frustración y la desesperanza se mezclaban con la voluntad y la más patriótica obstinación, surgen el Congreso Nacional Hostosiano (CNH) y el Nuevo Movimiento Independentista Puertorriqueño (NMIP). El primero, con el afán de crear una agrupación sobrilla que juntara a las agrupaciones existentes; el segundo, intentando recomponer la herencia dejada por el PSP. Ambos nucleando un valiosísimo grupo de hombres y mujeres que nunca flaquearon y que asumieron aquel momento difícil con optimismo y con una terca confianza en el porvenir.
Tanto el CNH como el NMIP se encargaron, junto a otras agrupaciones patrióticas, de dar continuidad a la lucha de independencia nacional en aquella difícil coyuntura, rechazando cualquier insinuación de frustración o desencanto. Todo lo contrario. Avanzamos contra viento y marea, impusimos nuestra presencia, recompusimos estructuras organizativas, reclutamos gente nueva y joven y encabezamos grandes batallas y victorias. Sobre todo, contribuimos a recomponer el entusiasmo y la alegría de hacer Patria.
Como en la Nación en Marcha, que marcó un gran salto de calidad en la unidad patriótica y las alianzas nacionales. O en la lucha por la Paz para Vieques, que estremeció al planeta entero en los albores del siglo veintiuno. O en los reclamos libertarios que estremecieron los recintos de la ONU o de los No Alineados. O en la lucha por la excarcelación de nuestros queridos y respetados presos políticos. O contra la privatización de la Telefónica, que paralizó al País. La lista es larga…
Fueron difíciles los años que precedieron a la fundación del MINH. Aquel no fue, por así decirlo un caso de “amor a primera vista” entre el CNH y el NMIP. Supuso un proceso extenso de reconocimiento de afinidades y coincidencias, así como de contradicciones y diferencias, de intereses y posibilidades.
Siempre contamos con un hilo conductor histórico que ha sido y es inspiración para todos y todas: la presencia, la sabiduría y el ejemplo del querido compañero Juan Mari Brás, quien nos acompañó, nos aconsejó, nos criticó, y sobre todo nos contagió de seguridad y confianza, hasta el último instante de su gloriosa existencia.
Si trascendental fue el esfuerzo de cientos de compatriotas que en 1993 se echaron sobre sus espaldas la recomposición de una lucha estancada, que había estado enormemente influenciada por el MPI y el PSP por más de tres décadas (1959-1993), trascendental fue la decisión del CNH y el NMIP de unir voluntades como una sola y nueva organización.
En este País tan contaminado por el tribalismo, el sectarismo y la mezquindad política, la disposición de sus dirigentes y miembros a que desaparecieran el CNH y del NMIP fue un extraordinario acto de desprendimiento, solidaridad y patriotismo. Así como la disposición de constituir a renglón seguido el MINH, fue una muestra elocuente y esperanzadora de optimismo, disposición a la lucha y compromiso insobornable. De ahí que lo que estamos conmemorando no es meramente una fecha en el almanaque. Es la muestra inequívoca de la disposición del movimiento independentista a asumir sus debilidades y flaquezas, limpiar sus heridas, recomponer sus energías y continuar la batalla más que centenaria por la libertad de la Patria.
Así nos vemos y nos sentimos en el MINH, como modestos y a la vez firmes continuadores históricos de Betances, Hostos, Ruiz Belvis, Albizu, Lolita, Rafaelito, Mari Brás, Filiberto…
Es lo que da sentido a nuestras vidas. Es lo que da pertinencia a nuestra condición de puertorriqueños y puertorriqueñas que amamos a nuestra Nación, que amamos a Nuestra América y a la Humanidad entera.
¡Viva el décimo aniversario del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano!
(Palabras pronunciadas por Julio Muriente, Copresidente del MINH el 16 de mayo de 2014, durante el acto de celebración del décimo aniversario del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano) |