Escrito por Julio A. Muriente Pérez / Copresidente MINH
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Viernes, 30 de Septiembre de 2016 14:53 |
Hoy es un día vergonzoso y humillante para el pueblo puertorriqueño. En menos de treinta segundos se presentó públicamente la despótica y dictatorial Junta de Control Fiscal, con presidente prefabricado y todo, y anunció sin inmutarse que ejercerá su poder omnímodo contra todas las instituciones del País comenzando, naturalmente, por la Fortaleza y la vergonzosa figura del gobernador de turno.
Puerto Rico ha sido retrotraído a principios del siglo veinte, cuando el presidente de Estados Unidos imponía gobernadores estadounidenses para que administraran su territorio caribeño, su finca de azúcar, café y tabaco. Hoy designan a siete procónsules para que se lleven hasta los clavos de la cruz, con tal de satisfacer la avaricia de Wall Street, los fondos buitres y otros intereses similares. Todo esto a escasos días de unas elecciones generales pretendidamente democráticas.
Se trata de una imposición unilateral e inconsulta y como tal indeseable. Se trata de la reafirmación del colonialismo y la ausencia de poderes del Pueblo Puertorriqueño para decidir su propio destino. Se trata, después de todo, de la admisión del fracaso de su propia criatura, el Estado Libre Asociado. Porque de lo que padece Puerto Rico no es sólo de una crisis fiscal, sino peor aún, de una crisis estructural del modelo político y económico impuesto por Estados Unidos hace más de seis décadas.
Que no se crean los señores juntistas que nos vamos a quedar cruzados de brazos ante el atropello que se avecina. Ya estamos en la calle, en las escuelas y comunidades, en los centros de trabajo y en todo el País. Ya avanza la protesta ante lo que viene, que no es bueno para nadie. Se acercan tiempos difíciles y no podemos ser indiferentes.
Una vez más, tendremos que luchar por nuestra dignidad nacional, frente a esa pandilla de extranjeros inescrupulosos que viene a consumar el saqueo del que hemos sido objeto por tanto tiempo. De eso se trata.
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