Desde 1898, mantenemos una relación de subordinación con Estados Unidos. Por años, el Partido Popular Democrático y el Partido Nuevo Progresista nos han hecho pensar que Estados Unidos tiene un real interés por Puerto Rico, cosa que hemos visto no es real. Basta con echar un vistazo a las últimas acciones de las distintas ramas del Gobierno de Estados Unidos, para certificar que no existe tal interés.
El pasado año, el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley PROMESA. Esta ley obliga al Gobierno de Puerto Rico cumplir con el pago de la deuda a costa del recorte masivo de los servicios a los ciudadanos. Por mandato de la Junta de Control Fiscal, ya hemos visto que se avecinan recortes de más de 500 millones de dólares a la Universidad de Puerto Rico, reducción de más de un 10% de las pensiones de cientos de puertorriqueños y súmele recortes de presupuestos a los municipios, los cuales dejarán a otros miles de puertorriqueños sin trabajo.
Otro de los ataques que ha manifestado el Gobierno de Estados Unidos sobre Puerto Rico fue la decisión del Tribunal Supremo de dicho país, en el caso de Sánchez Valle vs. Pueblo de Puerto Rico. Como ya sabemos, esta decisión, pone al Tribunal de Puerto Rico por debajo del de Estados Unidos.
Para finalizar bajo la Presidencia de Barack Obama, la Oficina General de Contabilidad (GAO por sus siglas en inglés) del Gobierno de Estados Unidos realizó un informe el cual nos dejó claro que la estadidad no es viable. El mismo imaginó a Puerto Rico siendo estado e incluyó lo que tendría que pagar en contribuciones, de así serlo. El informe fue desgarrador para las aspiraciones de aquellos que pensaban en la estadidad, ya que el mismo dejó claro que la estadidad le costaría a Puerto Rico más de $7,878 millones. Esto significa que, de Puerto Rico ser estado, los puertorriqueños tendrían que pagar más contribuciones las cuales ascenderían entre $6,408 millones.
Echemos un vistazo a los números que nos brinda el informe GAO. En el caso de Medicare, en el año 2010, a Puerto Rico llegaron $4.500 millones; si Puerto Rico hubiera sido un estado, ese mismo año el gasto federal habría fluctuado entre $4.500 millones y $6.000 millones. O sea Estados Unidos, tendrían que invertir más en Puerto Rico cosa que no va a pasar.
Debemos recordar las últimas expresiones del Presidente Donald Trump en relación a este tema. En el caso de Medicaid, en 2011, el gasto en Puerto Rico fue de $685 millones; si Puerto Rico hubiera sido un estado, el gasto federal habría fluctuado entre $1.100 millones y $2.100 millones.
En el caso de las contribuciones sobre ingresos de individuos; en el 2010, los contribuyentes de Puerto Rico reportaron haber pagado $20 millones al Tesoro de Estados Unidos. Si Puerto Rico hubiera sido un estado en el 2010, el ingreso por las contribuciones sobre el ingreso de individuos habría sido de $2,200 millones a $2,300 millones. Eso representa más pagos para usted.
Lo mismo sucedería con las contribuciones de las corporaciones. En el 2009, las corporaciones estadounidenses en Puerto Rico pagaron $4.300 millones, si Puerto Rico hubiese sido estado habría pagado entre $5.000 millones y $9.300 millones. Esto provocaría la salida de cientos de comercios y corporaciones creando un desempleo mayor al del día de hoy.
Con todo esto, el PNP ha intentado crear un clima de miedo por virtud de su mala campaña plebiscitaria. En vez de educar sobre las virtudes de las estadidad (si las tiene), ha pretendido levantar una campaña de mentiras, como si estuviéramos en plena Guerra Fría. El 11 de junio no salgas a votar y no seas cómplice de la mentira. (endi.com) |