El Primero de Mayo miles de puertorriqueños salieron a la calle a defender los derechos del pueblo y denunciar los abusos del régimen colonial estadounidense y su Junta.

Desde toda la isla fueron llegando a los diferentes puntos de salida de la marcha, Hiram Bithorn, Departamento de Trabajo, UPR Río Piedras, Departamento de Educación. Además, había actividades en Mayagüez, Ponce y el Capitolio en San Juan.

Miles marcharon pacíficamente, con sus consignas, plenas, música hasta llegar a la Milla de Oro de Hato Rey. Allí se concentraron para denunciar la Junta colonial, al gobierno castrado del PNP y su política de medidas abusivas en contra del Pueblo.

El pueblo reafirmó su compromiso en la defensa de los derechos laborales de los trabajadores del sector privado y público, en la defensa de la escuela pública y el no a los cierres de escuelas, en la defensa de los pensionados y en el llamado de la salida inmediata de la Junta colonial del régimen estadounidense.

El paro fue un éxito no solo por la cantidad de personas que asistieron, que fueron miles y miles, sino, que logró el objetivo del cierre de la Milla de Oro donde se encuentran los bancos que son parte de los bonistas buitres que tanto daño le han hecho a Puerto Rico. También por la denuncia de la Junta y la reafirmación de defender al pueblo de Puerto Rico.

La represión del gobierno

La actividad del Primero de Mayo estaba anunciada con semanas de anticipación, había salido publicada en la prensa y todo el pueblo estaba enterado de la fecha y actividad a llevarse a cabo. Los organizadores le habían notificado al estado las rutas con semanas de adelanto o sea el gobierno sabía de qué lugar salía cada marcha, la ruta que iba a tomar y donde iba a llegar, esto es importante repetir, el gobierno tenía la información.

Todas las marchas salieron de forma organizada, normal, sin incidentes y llegaron a la Milla de Oro. Todas menos la que venía de la Universidad de Puerto Rico, esta que venía tranquila con su música y consigna se encontraron que la ruta acordada por donde debían llegar había sido bloqueada ilegalmente por las Fuerzas de Choque de la policía, parados de forma amenazante impedían la marcha de miles de personas. Vamos a estar claros, esta decisión de violar los acuerdos no sale de un teniente, capitán, coronel de la policía porque ninguno tiene la autoridad para decidir la violación de leyes de Puerto Rico. Esta decisión viene de arriba, Pesquera, Rosselló, la Junta.

El pueblo representado en los miles que marchaban se mantuvo firme en no permitir la violación de sus derechos. Después de 25 minutos donde la policía decía que se iban a retirar comenzaron a disparar gases lacrimógenos, pepper spray y por primera vez en la historia de Puerto Rico elevaron su violencia disparando balas de goma. A la policía y a los que organizaron esta encerrona se les olvido algo importante y es que el pueblo no es manco. Dentro de sus limitaciones el pueblo utilizó el derecho a la legítima defensa para protegerse.

El gobierno limitado de Rosselló y la Junta Colonial trataron de tapar el éxito del paro con su violencia y violaciones a las leyes. Fracasaron. Los miles que participaron pudieron ver la realidad y reafirmar su compromiso de lucha. A nivel internacional las fotos de los abusos de la policía han circulado por todo el mundo desprestigiando el gobierno, la Junta y el régimen estadounidense; el tiro de la violencia le salió por la culata.

Señalamos que, la violencia del Estado no detendrá la lucha del pueblo por defender sus derechos.

(Foto: Víctor Birriel | MINH)