En mi opinión, hay un operativo en marcha de parte del FBI y sectores de la derecha estadounidense para indisponer a la opinión pública en Estados Unidos frente la posibilidad de la anexión de Puerto Rico como el Estado 51.

Con el asesinato de Filiberto Ojeda Ríos los federales, además de dar un golpe al movimiento independentista, difundieron la imagen hacia Estados Unidos de que la isla era un lugar lleno de “terroristas”, desalmados y peligrosos para su seguridad nacional.

Posteriormente le formularon cargos al gobernador electo, Aníbal Acevedo Vila, por supuestos actos de corrupción, lavado de dinero y decenas de violaciones (creo que eran 27) a las leyes electorales.

Muchos penepes se alegraros de eso. Pero aunque salió absuelto de todos los cargos (la mayoría de ellos se cayeron antes de llegar a corte), los federales proyectaron durante aquel largo proceso, que se caracterizó por la constante filtración de información adversa al acusado, que en Puerto Rico hasta los gobernadores son corruptos y actúan al margen de la ley.

Hace algunas semanas el FBI montó un operativo para capturar policías corruptos, en donde el supuesto narcotraficante era un agente encubierto, los intermediarios que solicitaban favores a los policías eran agentes encubiertos, y en el que no había una banda real de traficantes. No atraparon ni a un narcotraficante, ni se ocupó ni un cigarrillo de marihuana. Todo era un montaje que se extendió por casi tres años para coger a casi cien policías que cayeron en el pescaito. Y con el botín de policías entrampados fueron al Secretario de Justicia de Estados Unidos y convocaron una rueda de prensa que se difundió por todo lo ancho y lo largo de la nación americana para anunciar el mega operativo mas importante en la historia de Estados Unidos y sostener que en Puerto Rico, hasta los policías son narcotraficantes. Y hubo un aplauso general al “operativo” federal.

El más reciente acto de difusión adversa del icono puertorriqueño se realizó a través de la agencia noticiosa ABC. Como es sabido, esa importante cadena noticiosa difundió en vivo y a todo color, por toda la nación y muchas veces, la imagen de un legislador puertorriqueño acosando sexualmente a una joven estudiante de periodismo con un trago en la mano. Georgie Navarro se convirtió para el público estadounidense en el típico legislador puertorriqueño borrachón, degenerado, corrupto y acosador. No voy a entrar a dilucidar si todo eso es cierto o si se trató de otro “pescaito”, pero lo cierto es que el video se difundió ampliamente y cumplió su cometido.

Así se ha ido conformado y moldeando la imagen de Puerto Rico frente a la ciudadanía estadounidense: una isla llena de terroristas, en la que los gobernadores son corruptos, los policías son narcotraficantes y los legisladores son unos degenerados sexuales.

Ah, se me olvidaba. Los puertorriqueños somos holgazanes, analfabetos, vividores, drogadictos y traicioneros. (ver artículo del periódico de ideología republicana The New York Times, del pasado 28 de octubre, en el que se informa que los jóvenes puertorriqueños residentes en Nueva York, en términos de empleo y educación, están detrás de los mexicanos, los dominicanos y los latinos en general).

Con esa imagen, ¿tendrá alguna posibilidad el proyecto anexionista del PNP? Y lo curioso es que Fortuño y su gente le ríe las gracias al FBI y apoya a los Republicanos en Estados Unidos. ¡Es como los pollitos aplaudiendo y celebrando el éxito de Kentucky Fried Chiken!