La agenda escondida del liderato anexionista es convertir a Puerto Rico en un país inviable. Endeudamiento y dependencia extrema, baja productividad, desalentar e impedir la producción agrícola, desarraigo cultural, educación “a la americana”, invisibilización de nuestros patriotas y tergiversación de nuestra historia, [...]
federalización de toda actividad ciudadana, privatización de nuestro patrimonio nacional, etc. El objetivo de dicha “política pública”: que la única tabla de salvación que le quede al pueblo sea pedir de rodillas la anexión a Estados Unidos.
La otra dimensión de un País inviable es la desintegración de su espíritu comunitario, fomentando soluciones individuales a problemas colectivos. ¿Sistema de Educación deficiente? Matricula a tus hijos en una escuela privada. ¿Pésimo sistema de Salud Publica? Compra un plan médico privado. ¿Sistema de transportación pública deficiente? Cómprate un carro. ¿Se interrumpe con frecuencia el suministro eléctrico? Cómprate una planta eléctrica. ¿Se queda sin agua tu comunidad? Instala una cisterna en tu casa. ¿Inseguridad y delincuencia en las calles? Múdate a una urbanización con acceso controlado, ponle rejas a la casa y ármate para “tirar a matar” si alguien se asoma a tu propiedad. Soluciones individuales a nuestros problemas sociales y colectivos más agobiantes. Es la política pública de sálvese quien pueda que nos va conduciendo a una eventual desintegración social y a perder la fe en la necesidad y efectividad de la organización comunitaria para enfrentar sus problemas colectivos.
Por eso, el deber de todo puertorriqueño en este momento histórico, pero en particular, de todo independentista, es contribuir a transformar al país en un proyecto viable. Hay quienes sostienen la teoría de la no colaboración; de dejar que lleguemos al fondo, para desde las cenizas reconstruir el País. Nosotros no pensamos así. Somos de la escuela del Dr. Ramón Emeterio Betances y de Eugenio María de Hostos. El primero fundó hospitales, liberó esclavos, conspiró en Sociedades Secretas para boicotear a comerciantes extranjeros y ayudar a los comerciantes criollos. Durante la epidemia del cólera que azotó la isla matando a miles de puertorriqueños, le puso un alto a su lucha independentista para cabalgar por campos y montes asistiendo enfermos para detener la epidemia que amenazaba con liquidar a toda la población. El segundo, nuestro mentor, durante toda su vida buscó las mas diversas formas de lograr acuerdos con sectores que sin ser independentistas, buscaban la descolonización de Puerto Rico. Fundó la Liga de Patriotas en un esfuerzo unitario, inclusivo y amplio para educar al País sobre la necesidad de un sistema de educación dirigido a formar hombres y mujeres que fueran libres pensadores, con profundo compromiso social, con plena conciencia de ser caribenos y latinoamericanos, sembrándoles el amor a la Patria, a la naturaleza y a defenderla de quienes pretenden agredirla y destruirla. Así somos nosotros: Hostosianos y Betancinos. El trabajo político del MINH ha estado dirigido a fomentar alianzas que puedan adelantar nuestros objetivos estratégicos. Por eso celebramos hoy, diez años después, la salida de la Marina de Vieques. Fue el triunfo de la inclusión, de las alianzas, de la amplitud. Nuestro campamento en la zona de tiro era el campamento de todos: de independentistas, de religiosos, de ateos, de populares, de ambientalistas, de todos los que postulaban “ni una bomba más”. Era el campamento de todos y todas las que se cansaron del abuso y estaban dispuestos a luchar por el alto al bombardeo y la salida de la Marina de Vieques.
Algo similar ocurrió con la lucha contra el gasoducto. Destacados lideres del MINH, como Juan Camacho en Toa Baja, Gustavo Casalduc en Utuado, Iván Elías Rodríguez (Cuso) en Arecibo, Ernesto Gandia en Manatí, se unieron a Casa Pueblo y organizaron una formidable alianza de pueblo que los llevó a una contundente victoria contra las pretensiones de los pulpos económicos de apropiarse de nuestras tierras agrícolas y poner en riesgo la vida misma de los habitantes de todo ese trayecto del tubo de la muerte.
Recientemente hemos logrado importantes victorias como resultado de alianzas electorales con la victoria de Carmen Yulin Cruz en la alcaldía de San Juan, lo que representa una gran oportunidad para adelantar nuestra concepción política de gobernanza, de participación ciudadana, de salud universal y de calidad, de organización comunitaria y de decencia administrativa en la gestión publica. Y ahí tenemos a Tato Rivera Santana, Copresidente del MINH, quien dirigirá la recién creada Oficina de Planificación, Ambiente y Urbanismo de la ciudad capital. ¿y saben cómo lo hará? Siguiendo los lineamientos contenidos en nuestro documento “Con voluntad y esperanza, Otro Puerto Rico es posible”. Nuestro programa político.
La nueva alcaldesa de San Juan adoptó nuestra propuesta de Salud Comunitaria para la Capital. Estaremos ayudando para que se lleve a cabo una profunda transformación en el sistema de salud capitalino y para que eventualmente sea el modelo a implementar en el resto del País. Y claro está, en concordancia con nuestro proyecto político.
Las alianzas políticas y sectoriales han mostrado sin lugar a dudas su gran potencial para revivir la esperanza en las posibilidades de otro Puerto Rico. Con ello en mente, el MINH se propone ser instrumento facilitador o promotor para que se lleven a cabo dos importantes encuentros o cumbres sectoriales: un Encuentro Nacional de Educadores y una cumbre de agricultores.
El encuentro de Educadores tendría como objetivo acordar un nuevo currículo para el Sistema de Educación. Un nuevo currículo basado en los derechos fundamentales de nuestro pueblo, con énfasis en los marginados, los oprimidos, las mujeres, los niños y niñas, la ética del trabajo y los derechos de los trabajadores en general. Es necesario que ese currículo fomente el amor y el respeto a la naturaleza. Debe además formar seres humanos libres, patrióticos, con pensamiento crítico, solidarios y productivos.
El encuentro de agricultores que proponemos, tendrá como objetivo que los integrantes de ese sector, sean populares, penepés o independentista, identifiquen las necesidades inmediatas para catapultar su desarrollo, proponer medidas para garantizar la protección de las tierras agrícolas, la utilización de los recursos existentes y las medidas proteccionistas necesarias para llevar a ese importante sector económico al lugar que se requiere para la creación de empleos y garantizar nuestra seguridad alimentaria.
Nada más necesario para adelantar la descolonización de Puerto Rico que fortalecer la autoestima de nuestro pueblo. La educación para la libertad y la transformación de un país de consumidores y dependencia en un país de productores y empresarios serán elementos claves en ese proceso.
|