Alejandro García Padilla presentó y defendió ante la Asamblea General del PPD siete principios del ELA, todos ellos falsos y ajenos a la realidad. Veamos esa ensarta de mentiras y tergiversaciones.

Primer principio: “el ELA fue creado por un pacto”. Falso. El ELA fue una criatura impuesta por Washington para disfrazar la colonia.

Segundo: “Puerto Rico es una entidad política autónoma”. Mentira. La injerencia del gobierno federal en el país es apabullante. El precio de la leche, con quien podemos establecer relaciones, quien entra o sale del país, etc. No existe autonomía fiscal, operacional ni política.

Tercero: “el ELA es una entidad soberana como los estados de la unión sobre los asuntos en los que no gobierna la constitución federal”. Expresión engañosa para ocultar que la constitución de Estados Unidos impera sobre la del ELA. Tómese el ejemplo de la pena de muerte.

Cuarto: “la común ciudadanía y lealtad a la constitución federal son las bases primordiales de la unión permanente entre Puerto Rico y Estados Unidos”. La verdad es que la ciudadanía impuesta a nosotros es de segunda clase y que en cualquier nación, quien le profese lealtad a la constitución de otro país sobre la propia, es un traidor.

Quinto: “el Congreso renunció mediante el pacto a los poderes territoriales plenarios sobre Puerto Rico”. Mentira monumental. Parece que García Padilla no ha escuchado a Obama hablar sobre el territorio de Puerto Rico ni ha leído los informes del Comité Interagencial.

Sexto: “el Congreso puede dar trato diferente a Puerto Rico sobre los estados si tiene un fundamento razonable para hacerlo”. Curiosa forma de decir que el Congreso puede discriminar contra el territorio y excluirlo de beneficios otorgados a los estados.

Séptimo: “el Congreso y el pueblo de Puerto Rico pueden, bajo común acuerdo, ampliar nuestra autonomía”. Perogrullada para decir que si Estados Unidos no está de acuerdo, los reclamos de poderes soberanos expresados por el pueblo de Puerto Rico serán ignorados.