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Breves palabras en ocasión del 186 Aniversario del natalicio de Eugenio María de Hostos PDF Imprimir Correo
Escrito por Alejandro Torres Rivera   
Jueves, 16 de Enero de 2025 16:15

 

 

10 de enero de 2025

 

Nos convoca la fecha del 11 de enero de cada año la ocasión para rendirle homenaje a Eugenio María de Hostos.

 

Al presente, apenas han transcurrido dos meses desde unas elecciones en las cuales ha revalidado a la cabeza de nuestro gobierno un partido político promotor de la anexión de Puerto Rico como un estado de la Unión. En Estados Unidos, por su parte, ha ganado la presidencia un candidato delincuente, reaccionario, conservador y con muy pocos escrúpulos, si es que tiene algunos.

 

Sin haber jurado como presidente, Donald Trump ya ha colocado al mundo en ascuas e incertidumbre con sus señalamientos imperiales y hegemónicos hacia países y territorios como Panamá, Canadá, México y Groenlandia. Se trata del vuelco a los pronunciamientos  en el discurso del gobierno estadounidense del Siglo 19, conocidos como la “Doctrina del Destino Manifiesto” y la “Doctrina Monroe”.

 

En momentos en los cuales vivimos y en lo que puede significar para Puerto Rico el efecto de tales estos doctrinas imperiales, nos preguntamos: ¿Hostos, para qué nos sirves hoy?

 

Hostos propuso en aquella coyuntura entre dos siglos, volcar nuestra mirada hacia Estados Unidos proponiendo emular el desarrollo de sus instituciones y valores jurídicos. Hostos depositó su confianza en el Derecho como concepto civilizador y como instrumento para colocar al ser humano fuera del abismo donde el colonialismo le había sumido. Propuso, además, un régimen de gobierno temporal donde el ejercicio del Derecho diera paso eventualmente a una decisión informada del pueblo a través del voto en el cual se expresara entre las opciones del ingreso del país como un estado de la Unión o la independencia política.

 

Es de rigor señalar que en aquella encrucijada Hostos afirmó su preferencia por la independencia política de Puerto Rico al señalar “ni hoy ni mañana ni nunca, mientras quede un vislumbre de derecho en la vida norteamericana, está perdida para nosotros el derecho a reclamar la independencia, porque ni hoy ni mañana ni nunca dejará nuestra patria de ser nuestra.”

 

No han sido pocos quienes con una aproximación crítica o prejuiciada, han señalado su desafecto con la postura política de Hostos sin valorar su señalamiento de que Puerto Rico había sido “robado de lo suyo, de su libertad nacional; de su dignidad; de su independencia nacional, que ni los españoles ni los americanos podrán ni han podido poner en mercería.” El proyecto político a cual nos convocaba Hostos tenía como zapata su proyecto social.

 

Los juicios históricos absolutos, sin considerar los contextos y limitaciones en los cuales se desarrollan los sucesos, en múltiples ocasiones llevan equívocos y errores. Tomando a préstamo las expresiones del Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, en su ensayo titulado Tres Héroes, La edad de oro (1889), Tomo 18 de las Obras Completas (1975), al referirse a los seres humanos y sus roles en la historia, decía con acierto lo siguiente:

 

“Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.”

 

Al pensar en Hostos en aquel tránsito del Siglo 19 al Siglo 20 y ante la realidad que impuso el Tratado de París, ratificado por el Senado de Estados Unidos en 1899; y luego, más adelante, ante la legitimidad que pretendió imponer sobre Puerto Rico  Ley Foraker de 1900, aquella que en palabras de Hostos daba apariencia de legalidad a la sujeción por la fuerza armada de Puerto Rico a los Estados Unidos, viene a nuestra mente aquel proyecto social propuesto por Hostos: la Liga de Patriotas.

 

Hostos depositó su mirada en Estados Unidos como país a emular en el desarrollo de nuestras instituciones y valores jurídicos. Propuso el Derecho como concepto civilizador y sustituto de la protesta armada; como instrumento que sacara al ser humano del abismo donde el colonialismo le había sumido.

 

Hostos puso su corazón donde a otros les faltó la conciencia; Hostos trazó nuevos rumbos, abriendo horizontes para la formulación de una nueva propuesta de lucha donde primero que todo la personalidad jurídica de Puerto Rico fuera salvada y no fuéramos tratados como meros objetos.

 

Al depositar su absoluta confianza en el Derecho, sin embargo, perdió de perspectiva que el Derecho no es un concepto puro, ajeno a los intereses de clase de quienes controlan el Estado; es decir, no hay derecho sin sello de clase. Fue posiblemente ese exceso de confianza en el Derecho como ente civilizador, capaz de prevalecer por sí mismo frente a la barbarie y los intereses hegemónicos imperiales, su gran error.

 

Aun así, como bien lo intimó Martí, seamos agradecidos con Hostos al proponernos una ruta emancipadora y libertaria. Es ésta, luego de más de 126 años de dominación estadounidense en Puerto Rico, la agenda vigente para nuestro pueblo.

 

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