En el contexto de la visita del presidente Barack Obama a Cuba este 20 marzo, resulta impostergable replantearnos el papel internacional de Cuba y el rol protagónico que muchos le han otorgado a Estados Unidos en este todavía inconcluso camino hacia la normalización de las relaciones entre ambas naciones.
Para muchos a los que Cuba representaba el cliché mediático de la “isla prohibida”, sazonada por la música, las mulatas exóticas, las glorias deportivas y las constantes imágenes del deplorable estado de su infraestructura, pero que muy poco sabían de su cultura, de su indiscutible papel histórico que lo vincula no solo con nuestra isla sino también con grandes logros y adelantos en derechos humanos y en libertades políticas de Latinoamérica y el mundo, legado que se extiende hasta países del continente africano, el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos del 17 de diciembre de 2014 resultó en un re-descubrimiento de la mayor de las Antillas. Para muchos fue común decir “Estados Unidos ha devuelto al mapa a la aislada Antilla”. Lo cierto es que una afirmación tan irresponsable sigue partiendo del concepto sociopolítico de centro y periferia que siempre resalta la supremacía de las grandes potencias versus los mal llamados países del tercer mundo. ¡Aquí no se ha re-descubierto nada! A Cuba no se le conoce como “el pueblo heroico” a partir del anuncio de la intención de restablecer relaciones diplomáticas, ni a partir de la apertura de la embajada cubana en Washington, ni del anuncio de los primeros vuelos directos, ni del restablecimiento del correo, o la eliminación de la devaluación al dólar, o de la visita de Obama a la Habana. Cuba se ha ganado un papel en la historia que viene desde mucho antes de este momento que marca, sí un hito en el desarrollo de ambos países, pero que mucho dista de verdaderas acciones que concreticen un cese total del bloqueo económico y comercial que sigue manteniendo el gobierno norteamericano. La historia no se escribe solo desde el ángulo estadounidense ¿se nos hace imposible reescribir la historia y verla desde el lente latinoamericano?
Cuba reescribe la historia a diario, desde los acuerdos bilaterales con Venezuela para crear la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, desde sus internacionalistas que han creado las misiones en tantos países de nuestra región, desde los médicos y profesionales que dieron el paso al frente para salvaguardar a las víctimas del ebola, desde haber sido la cede de los procesos de paz entre la FARC y el gobierno de Colombia, el punto de encuentro del Papa Francisco y el Patriarca Ruso, desde su voluntad por mantener sus políticas públicas y su acumulación social.
Mucho se espera de este encuentro que es el resultado de la voluntad política de los mandatarios de ambos países, ojalá no se caiga en la mera cordialidad fraternal y se toquen puntos trascendentales que logren incidir en el cubano de a pie y que creen un verdadero cambio que sea merecedor de llamarse histórico en un marco de respeto pleno de las libertas de ambos países. ¡Obama, en Cuba te espera una tierra poblada de hacedores de historia, orgullosos de haber servido a la Revolución, no de haberse servido de ella!
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