De desatarse una guerra en Ucrania, los únicos ganadores van a ser los mercaderes internacionales de armas y la banca internacional, que multiplicarán  sus grandes riquezas a costa de la destrucción de pueblos y ciudades, y la muerte de miles de personas.

Son esos mismos mercaderes, muchas veces tras la fachada de gobiernos falsamente preocupados por la situación reinante en el este de Europa,  los que han hecho sonar con insistencia cada vez mayor los tambores de guerra, generando un clima planetario de desasosiego e incertidumbre.

A ellos se suman en macabra sintonía, algunas de las grandes cadenas de comunicación, que irresponsablemente han proyectado una suerte de guerra mediática, falseando hechos, manipulando datos y proyectando imágenes alejadas de la realidad.

El espanto de la guerra golpeó duramente a la humanidad durante el siglo veinte. Algunas de las guerras más terribles y destructivas tuvieron como escenario principal a Europa y Asia. Sólo en la Segunda Guerra Mundial la Unión Soviética perdió más de 25 millones de personas. Muchos países europeos fueron desolados. Sobre Japón se lanzaron dos mortíferas bombas atómicas.

Nos oponemos categóricamente al inicio de una guerra más. Tiene que surgir la negociación adecuada, que garantice la seguridad y la soberanía de Rusia y el respeto entre todas las naciones y pueblos envueltos en este conflicto. Rechazamos firmemente los intentos de los países miembros de la OTAN, encabezados por Estados Unidos, de imponer su voluntad hegemónica en Europa.

Hacemos un llamado urgente a nuestro Pueblo a que se una en una sola voz para reclamar que prevalezca la paz, que cesen las amenazas, que acabe la difusión de mentiras y provocaciones y que triunfe el respeto entre los pueblos y naciones del mundo.

Ángel Rodríguez León

Julio A. Muriente Pérez

Copresidentes MINH