Venderles a los puertorriqueños que tienen derecho a trato igual como ciudadanos americanos a algún beneficio que poseen los estados, ha sido y sigue siendo el engaño más cruel que pueden emplear los colonialistas.

Escrito para El Otro País de Este Mundo

El pasado 24 de abril se celebró en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada, convocado por el Seminario "Otro pensamiento es posible", un acto en solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela. Tomo prestadas unas palabras dichas por el profesor Aron Cohen quien inició su intervención recordando una frase que su maestro Pierre Vilar citaba de Ernest Labrousse, "recuerden ustedes que cuando hay una Revolución de verdad, siempre hay alguien que no está contento".

Hace 10 años Vieques fue incluido en la lista del Superfondo de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), un paso que prometía ser de avance tras el cese del bombardeo militar. Sin embargo, un patrón se repite: mientras que se suponía que se realizasen estudios conducentes a trabajos de limpieza y descontaminación eficaces, la Marina se ha basado en estudios que carecen de validez científica (como los de la agencia ATSDR) para retrasar sus trabajos y obviar sus responsabilidades en Vieques.

Los migrantes que infestan son los que no  tienen una visa respaldada por una jugosa cuenta bancaria. Una casa en zona exclusiva. Un trabajo  o un negocio rentable. Ni los contactos ni los privilegios. Los migrantes que infestan cualquier frontera en su tránsito de peregrinos, son esos seres que hacen de los caminos su destino sin conclusión. Una tumba sin lápida. Son la letra de una canción desgarradora, una realidad a la que llaman impostora, el dolor que llora en soledad, la amargura del agravio, son los que no tienen salario, son la precariedad.